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Montreal (Viernes, 27-03-2015, Gaudium Press) En medio del emotivo afecto de los fieles de Quebec, el Cardenal Jean-Claude Turcotte ha dado inicio a los tratamientos de cuidado paliativo que marcan la etapa final de su vida. El recordado apostolado del Cardenal generó apertura a la Iglesia en épocas en las cuales se vivió un creciente rechazo en medio de la avanzada secularización del país.
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| Cardenal Jean-Claude Turcotte. Foto: Conferencia de Obispos Católicos de Canadá. |
El Arzobispo emérito de Montreal sufrió un notable decaimiento de su salud desde el verano de 2014 y fue hospitalizado. Desde entonces, el estado del purpurado de 78 años de edad ha continuado agravándose. «Él es un hombre de oración, un hombre de Dios, quien amó y apoyó a los jóvenes y creyó en ellos», recordó a The Catholic Register la Directora de Ministerio de Juventud de la Arquidiócesis de Montreal, Isabel Correau.
El purpurado tuvo durante su ministerio hechos notables como la devolución de la medalla de la Orden de Canadá en 2008 cuando dicho reconocimiento fue otorgado a un reconocido promotor del aborto. El Arzobispo emérito es recordado por los fieles como un líder cercano, con gran interés caritativo y buen humor.
El Cardenal Turcotte nació en Montreal en 1936, en su juventud hizo parte del Movimiento Cristiano de Trabajadores y recibió el Orden sacerdotal en 1959. Realizó estudios en Francia y sirvió en la Arquidiócesis de Montreal hasta su nombramiento como Obispo en 1982. Como parte de su apostolado le correspondió organizar gran parte de la visita apostólica del Papa San Juan Pablo II a Canadá en 1984. Fue nombrado Arzobispo de Montreal en 1990.
Con información de The Catholic Register.
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