Prenton (Miércoles, 01-04-2015, Gaudium Press) En la Misa Crismal de la Diócesis de Shrewsbury, Inglaterra, el Obispo Mark Davies recordó a los sacerdotes la necesidad de buscar la gracia de Dios para promover las vocaciones en el año diocesano dedicado especialmente a este fin. «Si no fuera por la gracia de Dios, ninguna de las vocaciones que celebramos en este Año de las Vocaciones sería posible», afirmó.
Mons. Mark Davies, Obispo de Shrewsbury, Inglaterra. Foto. Diócesis de Shrewsbury. |
El prelado, según reportó Independent Catholic News, recordó la Eucaristía celebrada con los matrimonios en el mes de febrero, cuando una pareja le comentó al Obispo que llevaban cierto número de años unidos «pero por la gracia de Dios», haciendo uso de una expresión local tradicional. Mons. Davies llamó a recuperar el sentido de esta frase que expresa la dependencia de los hombres en el poder de Dios para alcanzar el bien.
«¿Cree usted en la gracia de Dios?»
Los óleos sagrados destinados a los sacramentos y consagrados en la Misa Crismal son en efecto canales por los cuales los sacerdotes administran la gracia divina. «Sin la gracia de Dios nos quedaríamos permanentemente en el camino y nunca nos levantaríamos a un fin más alto», declaró el prelado, quien recordó que la única pregunta que le hizo su Obispo antes de ordenarle sacerdote fue: «¿Cree usted en la gracia de Dios?»
«Si el lugar de la gracia sobrenatural desaparece de nuestros horizontes, nadie podría esperar superar la gravedad de nuestra cultura o nuestra propia debilidad», insistió el prelado, quien recordó que la vocación de cada persona, ya sea al sacerdocio, la vida religiosa o el matrimonio es un llamado a aceptar la acción de Dios para ser llevados a la santidad.
El desconocer el obrar de Dios fue lo que hizo que los habitantes de Nazareth rechazaran a Jesús, porque sólo veían en Él al hijo del carpintero y este hecho es un ejemplo para Mons. Davies de una vocación rechazada. «Este drama continúa hoy dondequiera que no reconocemos la vocación al matrimonio y la familia como un llamado a la santidad», comentó»; la vocación al sacerdocio y la vida consagrada son regalos de Cristo a su Iglesia; la grandeza de la vocación seglar , de un cristiano en el mundo para transformar el orden secular y no conformarse a él».
El obispo invitó a los presentes a cuestionarse en la propia confianza en el poder de la gracia de Dios y arriesgar la vida para alcanzar lo que la gracia divina hace posible. «Con seguridad necesitamos dar nuestro testimonio, nuestro propio testimonio de la gracia de Dios en todas nuestras vocaciones cristianas», concluyó.
Con información de Independent Catholic News.
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