Ciudad del Vaticano (Lunes, 06-04-2015, Gaudium Press) Ayer en su mensaje Urbi et Orbi, el Papa Francisco pidió «al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las guerras, sino que tengamos el valor humilde del perdón y de la paz. Pedimos a Jesús victorioso que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, así como de todos los que padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y las violencias que se están produciendo. Son muchas».
El Pontífice hizo mención específica de algunos conflictos, y pidió por Siria e Irak, para que cese la violencia y «la comunidad internacional no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria dentro de estos países y el drama de tantos refugiados».
El Pontífice no olvidó la necesaria paz en Tierra Santa, en Libia, en Nigeria, Sudán del Sur y diversas regiones de Sudán, República Democrática del Congo y Ucrania.
El Papa Francisco pidió también por la «paz y libertad para tantos hombres y mujeres sometidos a nuevas y antiguas formas de esclavitud»; y pidió por «a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y desechados; a los enfermos y los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia; a cuantos hoy están de luto; y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, llegue la voz consoladora y sanadora del Señor Jesús: «La paz esté con ustedes». (Lc 24,36). «No teman, he resucitado y siempre estaré con ustedes» (cf. Misal Romano, Antífona de entrada del día de Pascua)».
Finalmente el Pontífice envió un saludo de pascua a todos los que escuchan su mensaje y pidió llevar «a sus casas y a quienes encuentran el alegre anuncio que ha resucitado el Señor de la vida, llevando consigo amor, justicia, respeto y perdón. Gracias por su presencia, por su oración y por el entusiasmo de su fe. Un pensamiento especial y agradecido por el don de las flores, que también este años previenen de los Países Bajos».
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