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Washington (Lunes, 06-04-2015, Gaudium Press) El Cirio Pascual, símbolo de Cristo Resucitado, es uno de los bellos elementos litúrgicos de la Pascua y resplandece con especial protagonismo en la Vigilia de Resurrección. Dos empresas en Estados Unidos conservan la tradición de su elaboración y cuentan con su propia historia, que habla de la fe y el cuidado por lo sagrado.
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| El Cirio Pascual se enciende con el fuego bendecido en la Vigilia Pascual. Foto: JosEnrique. |
La historia de Martin Candles, compañía basada en Contoocook, NH, Estados Unidos y destacada por el informativo Catholic News Service, comienza en la niñez de su fundador, Martin Marklin. En ese entonces, el entonces pequeño de ocho años de edad, comenzó a admirar la belleza de los cirios pascuales en la Parroquia de la Santa Cruz en St Louis. Sobre todo, los relieves y las tallas de este enorme cirio le parecían llamativos y por eso se extrañó mucho años después, cuando el Cirio Pascual fue reemplazado con uno muy sencillo que apenas llevaba impresos los símbolos característicos en un adhesivo.
El motivo de este lamentable cambio fue el fallecimiento de la mujer que hasta entonces había elaborado los cirios de la parroquia, cuyo arte no había sido aprendido por ningún otro feligrés. En 1975, Martin Marklin se propuso fabricar él mismo un cirio digno de la liturgia, y durante varios años desarrolló la habilidad suficiente para comenzar la actividad. La compañía resultante de este esfuerzo continúa hoy su misión, bajo la administración de Marklin y su esposa, y vende de manera directa a las parroquias los cirios que elaboran por encargo.
De una forma mucho más amplia, Cathedral Candle Co. lleva a cabo este mismo trabajo, con la tradición familiar de los Steigerwald, quienes aprendieron este bello oficio en Alemania en 1897. Siguiendo los requerimientos y la tradición de la Iglesia, la compañía cuenta con sus propias abejas para producir la cera y cuenta con 70 empleados que sirven a parroquias en todo Estados Unidos.
Para ambas empresas, el Cirio Pascual es siempre su obra maestra. Este cirio debe ser siempre el más grande de todos los que se encuentren en el templo, es bendecido de forma solemne en la Vigilia Pascual y marcado con los símbolos de la Pasión redentora de Cristo. El Pregón Pascual se refiere a este elemento litúrgico y al «trabajo de las abejas» que permite contar con su cera característica. El diseño del Cirio Pascual cuenta con una cruz, las letras alfa y omega del alfabeto griego y el año en el cual se emplea.
«Elaborar algo de cera y mecha que sea usado en el trabajo de Dios tiene el mayor valor de todos», expresó Martin Marklin a CNS, satisfecho por haber recibido 25 pedidos de templos en sólo un día, para ser empleados en la Solemnidad de la Resurrección del Señor. «Eso hace que los trasnochos y las madrugadas valgan la pena», concluyó.
Con información de Catholic News Service.
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