Ciudad del Vaticano (Martes, 07-04-2015, Gaudium Press) Asia Bibi es ya una personalidad de talla mundial. París la ha declarado ciudadana honoraria; más de medio millón de personas han firmado exigiendo su libertad. Pero aunque la pakistaní condenada a muerte aún no vislumbra su libertad, ella mantiene la esperanza y así lo ha comunicado al Papa Francisco en carta en la que habla de la Cuaresma y la misión del Redentor.
«En la Pascua, Jesucristo nos ha dado un ejemplo de paz y perdón. Todos debemos aprender de la enseñanza y el sacrificio de Cristo, quien fue crucificado por nosotros y quien perdonó a todos los que le habían hecho daño», escribe.
«En este día especial pido los Cristianos en Pakistán vivir y orar por la paz», continúa ella, implorando igualmente al Santo Padre «dirigir una oración especial por la paz en el mundo y por mi».
Según la persona que vela por su asistencia legal, Joseph Nadeem, «Asia está bien tanto física como mentalmente» y «pasa sus días entre el dolor y la esperanza, una esperanza enraizada en Cristo, que no la abandona».
Asia Bibi tiene una preocupación especial por su familia en un clima de violencia religiosa y pide que se le garantice la seguridad.
Con información de Zenit
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