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Ciudad del Vaticano (Miércoles, 08-04-2015, Gaudium Press) En telegrama enviado al Arzobispo de Montreal, Canadá, Mons. Christian Lepine, el Papa Francisco ha hecho el elogio del fallecido Cardenal Jean-Claude Turcotte, Arzobispo emérito de esa ciudad y quien fue también presidente de la Conferencia de Obispos del país, entre otros importantes cargos. El Cardenal Turcotte sufría complicaciones ligadas a la diabetes y hoy murió a los 78 años.
En la comunicación el Pontífice trasmite sus condolencias a su familia y sus antiguos diocesanos, así como afirma que »en este tiempo en que celebramos la resurrección del Señor pido que acoja en la luz de la vida eterna a este pastor fiel que sirvió con devoción a la Iglesia, no solamente en su diócesis sino también en ámbito nacional como Presidente de la Conferencia Episcopal de Canadá, siendo al mismo tiempo un miembro muy acreditado de diversos dicasterios romanos».
El Papa describe al purpurado fallecido como un »pastor entregado y atento a los desafíos de la Iglesia contemporánea» y recuerda su participación en el Sínodo de los Obispos de 1994 dedicado a »La vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo», así como su papel clave en el Sinodo de 1997 sobre América. El Papa Francisco envía también una bendición apostólica especial a la familia y parientes del difunto, a sus parroquianos y a todos los que participen en los funerales.
Cardenal Turcotte
El Cardenal Turcotte nació en Montreal el 26 de junio de 1936. Obtuvo su licencia de teología en el Gran Seminario de Montreal, y fue ordenado sacerdote en 1959 y obispo de Montreal en 1982. En marzo de 1990 Juan Pablo II lo hizo Arzobispo de la misma ciudad y luego cardenal en octubre de 1994, a los 58 años.
Entre 1997 y 1999 fue elegido presidente de la Conferencia de Obispos Católicos del Canadá, y entre 19966 y 2006 fue mmiembro de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa sede.
En un gesto de valentía y de afirmación de la fe, en el año 2008 devolvió la condecoración de la Orden de Canadá que había recibido en 1996, cuando esta le fue otorgada al doctor Henry Morgentaller, ardiente defensor del aborto en Canadá.
Con información de Radio Vaticano
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