Ciudad del Vaticano (Miércoles, 22-04-2015, Gaudium Press) Junto a los miles de peregrinos que lo acompañaron en la Plaza de San Pedro venidos de los cuatro rincones del orbe, el Papa Francisco continuó con su catequesis sobre la familia, y específicamente sobre la complementariedad hombre-mujer.
Siguiendo el relato bíblico, que narra el deseo de Dios de «hacerle una ayuda adecuada» a Adán (Gn 2,18), el Papa declaró que la mujer «viene directamente del gesto creador de Dios», y que «hombre y mujer son de la misma sustancia y son complementarios. También tienen esta reciprocidad». Ya a la pareja constituida por el hombre y la mujer, Dios entrega la creación visible.
Foto: Centro Televisivo Vaticano |
«La confianza de Dios en el hombre y en la mujer, a los cuales confía la tierra, es generosa, directa y plena. Pero es aquí que el maligno introduce en su mente la sospecha, la incredulidad, la desconfianza. Y finalmente, llega la desobediencia al mandamiento que los protegía. Caen en aquel delirio de omnipotencia que contamina todo y destruye la armonía. También nosotros lo sentimos dentro de nosotros, tantas veces, todos».
Introducido el pecado en la vida humana, se «genera desconfianza y división entre el hombre y la mujer. Su relación será asechada por mil formas de prevaricación y de sometimiento, de seducción engañosa y de prepotencia humillante, hasta aquellas más dramáticas y violentas».
El pecado también trajo como consecuencia, particularmente en los días actuales, una desconfianza de la viabilidad en las relaciones hombre-mujer. Por tanto, hay que hallar «un sobresalto de simpatía por esta alianza, capaz de poner a las nuevas generaciones al amparo de la desconfianza y de la indiferencia». Si no, «los hijos vendrán al mundo siempre más erradicados de ella, desde el seno materno».
«La devaluación social por la alianza estable y generativa del hombre y de la mujer es ciertamente una pérdida para todos. ¡Debemos revalorizar el matrimonio y la familia! Y la Biblia dice una cosa bella: el hombre encuentra la mujer, ellos se encuentran, y el hombre debe dejar algo para encontrarla plenamente. Y por esto, el hombre dejará a su padre y a su madre para ir con ella. ¡Es bello! Esto significa comenzar un camino. El hombre es todo para la mujer y la mujer es toda para el hombre».
El Papa concluyó expresando que «la custodia de esta alianza del hombre y de la mujer (…) para nosotros creyentes es una vocación ardua y apasionante, en la condición actual».
El mismo relato del Génesis que narra el pecado de desobediencia, concluye sin embargo con «ícono bellísimo: ‘El Señor Dios hizo al hombre y a su mujer unas túnicas de pieles y los vistió’ (Gen 3, 21). Es una imagen de ternura hacia aquella pareja pecadora que nos deja a boca abierta: la ternura de Dios por el hombre y por la mujer. Es una imagen de custodia paterna de la pareja humana. Dios mismo cuida y protege su obra maestra».
Con información de Radio Vaticano
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