San Pablo (Martes, 28-04-2015, Gaudium Press) En reciente artículo, el Cardenal Arzobispo de San Pablo, Mons. Odilo Pedro Scherer, comenta la realización de la 53ª Asamblea General de los Obispos del Brasil, en Aparecida, donde fueron aprobadas las Directrices Generales de la Acción Evangelizadora de la Iglesia en el país para los próximos cuatro años.
Cardenal Scherer Foto: Catholic.net |
El purpurado explicó que «la propia Asamblea General quiso que no fuesen Directrices enteramente nuevas, sino una actualización de aquellas que ya estaban valiendo para los años 2011 al 2015».
El Cardenal Scherer dijo que todo el proceso de elaboración de las Directrices ya estaba previsto en la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil, una vez que después de hecha la evaluación del cuatrienio, una Comisión será encargada de presentar un proyecto con base en las ideas debatidas en la asamblea.
«Las Directrices ahora aprobadas mantienen sus referencias en el gran horizonte de las Conclusiones de la Conferencia de Aparecida. Todavía hay mucho estímulo y orientación de aquella gran Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe a ser asumidas y llevadas a la práctica, para dinamizar la evangelización en Brasil. A mi ver, se trata, sobre todo, de la sólida fundamentación cristológica de la vida y la acción eclesial y la conversión misionera de toda la Iglesia».
Con todo, el Arzobispo advirtió que caso no estemos totalmente dirigidos a Cristo para, a partir de Él, realizar la acción propia de la Iglesia, «corremos el riesgo de desvirtuar el trabajo de la Iglesia, de perder la fuerza sobrenatural que anima la vida de la Iglesia y de contar apenas con proyectos humanos, como en cualquier otra iniciativa humana», pues «la Iglesia tiene su razón de ser en Jesucristo, en su misión y en su fuerza salvadora».
Además, «la Iglesia existe para la misión, para evangelizar», y siendo así, no se puede preocupar apenas con su «sobrevivencia» o preservación. «Ella precisa colocarse en estado permanente de misión y ser ‘una Iglesia en salida’, como oímos del Papa Francisco», completó.
«En la Iglesia, todo tiene un objetivo misionero, incluso cuando se trata de defender y alimentar la Fe de aquellos que ya creen y participan de la vida eclesial. La Iglesia no puede cerrarse en sí misma, sino precisa tener siempre delante de sí el horizonte misionero», resaltó.
Al final del artículo, Mons. Odilo retoma al asunto de las Directrices de la acción evangelizadora en Brasil, que «ofrecen líneas-maestras que las diócesis y las organizaciones pastorales podrán seguir en su propio planeamiento pastoral», y que «requieren, por tanto, la reflexión y la asimilación para cada realidad eclesial específica de nuestro País».
«Con la intercesión de Nuestra Señora Aparecida y las bendiciones de Dios, ellas habrán de producir muchos frutos», concluyó. (LMI)
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