Ciudad del Vaticano (Miércoles, 29-04-2015, Gaudium Press) Hoy en la catequesis del Papa de la Audiencia General de los miércoles, Francisco habló sobre la crisis matrimonial actual y sus posibles soluciones a la luz de la doctrina cristiana.
Después de constatar que «las personas que se desposan son siempre menos», y que incluso entre los cristianos hay temores para la formación del vínculo indisoluble, el Pontífice resalta también que «en realidad, casi todos los hombres y las mujeres querrían una seguridad afectiva estable, un matrimonio sólido y una familia feliz. La familia está en la cima de todos los índices de agrado entre los jóvenes». ¿Por qué entonces hay cada vez menos matrimonios? Porque existe una «cultura de los provisorio»; «por miedo de equivocarse», responde el Papa, un «miedo de fracasar [que] es el más grade obstáculo para acoger la palabra de Cristo, que promete su gracia a la unión conyugal y a la familia».
Foto: Rome Reports |
Para hacer frente a este temor, el Papa pone de relieve ese testimonio «persuasivo de la bendición del matrimonio cristiano» que «es la vida buena de los esposos cristianos y de la familia».
«¡No hay modo mejor para decir la belleza del sacramento! El matrimonio consagrado por Dios custodia aquel vínculo entre el hombre y la mujer que Dios ha bendecido desde la creación del mundo; y es fuente de paz y de bien para la entera vida conyugal y familiar. Por ejemplo, en los primeros tiempos del Cristianismo, esta gran dignidad del vínculo entre el hombre y la mujer venció un abuso considerado entonces completamente normal, es decir, el derecho de los maridos de repudiar a las esposas, también con los motivos más falsos y humillantes. El Evangelio de la familia, el Evangelio que anuncia precisamente este sacramento ha vencido esta cultura de repudio habitual», dijo el Papa.
El Papa concluyó sus palabras convocando a introducir a Jesús y la doctrina cristiana en la vida matrimonial y familiar: «Queridos hermanos y hermanas, ¡no tengamos miedo de invitar a Jesús a la fiesta de bodas! Y no tengamos miedo de invitar a Jesús a nuestra casa, para que esté con nosotros y custodie la familia. ¡Y también a su madre, María! Los cristianos, cuando se desposan ‘en el Señor’ son transformados en un signo eficaz del amor de Dios. Los cristianos no se desposan sólo por sí mismos: se desposan en el Señor en favor de toda la comunidad, de la entera sociedad».
Con información de Radio Vaticano
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