Ciudad de Pasay (Sábado, 02-05-2015, Gaudium Press) El Prior del Centro de Espiritualidad de Nuestra Señora de las Colinas en Pasay, Filipinas, P. Mariano Agruda III, ofrece a los jóvenes una forma distinta de entender la oración. Para él, los muchachos necesitan entender que la oración auténtica está más relacionada con el riesgo, la aventura y la disposición para grandes cosas que lo que ellos imaginan.
La oración abre camino a la acción imprevisible de Dios en nuestras vidas. Foto: Mazur/catholicchurch.org.uk. |
«La oración verdadera es peligrosa», desafía el sacerdote, en diálogo con CBCP News. «Lentamente pondrá a Dios en el lugar que le corresponde en su vida». Esta transformación puede dar lugar a circunstancias inesperadas, ya que la oración facilita el trabajo de Dios en la vida de quien ora «de cualquier forma que sea necesaria».
Por eso, el P. Agruda motiva a los jóvenes a comenzar un camino de oración como una manera efectiva de transformación. «Va a remover cosas que obstruyen el cumplimiento de la voluntad de Dios en su vida. Dios tomará control de su vida. Esa fuera lo cambiará», afirmó. La oración también dará forma a nuevos hábitos y cultivará nuevas disposiciones que antes no existían.
Un camino imprevisible
Todo este proceso tiene que ver con el efecto de desarrollar una relación personal con Dios, la cual comparó con los efectos que se pueden apreciar en las relaciones humanas. «Tarde o temprano uno se vuelve como los amigos. Esto no es un pensamiento piadoso, es una descripción precisa de lo que le sucederá cuando ore», agregó. «Es como estar casado por tantos años que tarde o temprano usted se empieza a parecer a la persona con quien se casó».
Pero una relación con Dios dista mucho de ser predecible o aburrida, al contrario, es un desafío notable y exigente. «¿Usted quiere ser verdadero amigo de Dios? Él va a pedirle cosas que a veces usted tendrá que pagar con la sangre de su corazón», advirtió el Prior. De esta manera la vida cristiana «no será un plan bien preparado, más bien será como una aventura».
«Estamos demasiado obsesionados con la certeza», motivó el sacerdote, quien explicó que el seguimiento a Dios exige el abandono progresivo de las seguridades humanas y el aumento de la confianza total en la providencia de Dios. «Entre más espiritual sea, más incierto se hace. Entre más espiritual llega a ser, más oscuro se pondrá». Todo un desafío para los jóvenes del Centro de Espiritualidad, a quienes se propone la oración como un camino al heroísmo.
Con información de CBCP News.
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