Lima (Martes, 05-05-2015, Gaudium Press) El Santuario de la Divina Misericordia situado en Surco, distrito de Lima, Perú, ha tenido la alegría de recibir este 4 y 5 de mayo las reliquias de San Juan Pablo II, que vienen peregrinando desde el pasado marzo, hasta julio próximo, por varios países de América.
Desde tempranas horas del lunes miles de fieles comenzaron a llegar al santuario peruano, dedicado a una de las devociones más queridas por el santo polaco, para venerar sus reliquias que consisten en una ampolla que contiene unas gotas de sangre el Pontífice, las cuales fueron recogidas durante su última estancia en el hospital Gemelli antes de su muerte, ocurrida el 2 de abril de 2005.
Con motivo de la visita, el Cardenal Juan Luis Cipriani presidió en el lugar una solmene Eucaristía en la que invitó a todos a seguir el modelo de santidad del «Papa Peregrino», como era conocido el santo: «San Juan Pablo II está unido a Cristo. Es un ejemplo que debemos seguir, no sólo contemplar».
Las reliquias han llegado al santuario peruano por encargo de Mons. Slawomir Oder, postulador de la causa de Canonización de Juan Pablo II. / Foto: Arzobispado de Lima. |
Un modelo de santidad que el mismo Papa fue forjando desde muy niño ante el sufrimiento y al pie de la cruz, como refirió el purpurado durante la homilía: «El mundo huye de la cruz, cuando hay algo que cuesta nos damos la vuelta. Juan Pablo II por designio de Dios adquirió esa plenitud de una personalidad muy atractiva, porque se forjó en la cruz».
Llamó, además, a pedirle a San Juan Pablo II que nos enseñe a no tener miedo ante las pruebas que Dios envíe: «Recordemos esa frase que él utilizaba: No tengas miedo. Yo me atrevo a decir no tengas miedo a ser santo, a perdonar, a cambiar, a sonreír, a confesarte, a sufrir, a ayudar a los demás. Jesús lo da todo y lo pide todo (…) Hoy con enorme alegría al tener esta reliquia tan importante de San Juan Pablo II cómo no le vamos a pedir milagros, el de la conversión de las almas, la salud de tanta gente y la paz».
El Cardenal también invitó a los presentes a elevar una plegaria de agradecimiento al santo polaco: «Gracias por tu entrega sin límite, que termine este tiempo de prueba, que volvamos a tener ese gozo y esa alegría que sembraste en nuestra patria las dos veces que nos visitaste, siembra en los corazones de este mundo tan oscuro la luz y el gozo que sembraste con tus visitas, bendice y protege al Papa Francisco para que siga las huellas de Cristo».
Las reliquias han llegado al santuario peruano de manos de la religiosa Aldela Galindo, fundadora de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, quien recibió el encargo de Mons. Slawomir Oder, postulador de la causa de Canonización de Juan Pablo II, de llevar por el continente americano el relicario del Pontífice, comenzando el viaje por Estados Unidos.
De América Latina, las reliquias ya han peregrinado por Guatemala, Cuba, El Salvador y Nicaragua. Tras Perú, irán a Panamá. Un recorrido que evoca también los viajes apostólicos que realizó el pontífice por todo el continente. Como lo recordó durante la homilía el Cardenal Cipriani: «Dio la vuelta al mundo miles de veces, estuvo con millones y millones de personas, le sonrió y se puso todas las ropas que le ofrecieron, caminó y cantó en todos los idiomas. También podemos decir que era el amante de Jesús en la Eucaristía».
Con información del Arzobispado de Lima y Zenit.
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