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Ciudad del Vaticano (Viernes, 08-05-2015, Gaudium Press) La recepción de nuevos Guardias Suizos es una de las más antiguas ceremonias realizadas en el Vaticano. En este miércoles 06, la ceremonia se repitió en uno de los patios internos de la Santa Sede.
Todo inicia con una presentación de la Guardia con sus uniformes bien cuidados y decorativos seguido de un desfile militar con banderas, alabardas, voces de comando, formaciones y orden unida. Es el marco que prepara a los presentes para el momento ápice de la ceremonia: el juramento solemne.
En pocas palabras dichas en voz alta en uno de los tres idiomas de la Guardia -alemán, francés o italiano- los reclutas juran lealtad al Papa prometiendo defenderlo, inclusive con su propia vida, si fuese necesario.
La seguridad del Papa es un asunto fundamental, especialmente en los tiempos actuales. Fue lo que explicó el jefe de los nuevos Guardias, el Coronel Christoph Graf, hablando en la ocasión: «Es un juramento que, a la luz de la tensión internacional actual, exige una gran convicción. En el pasado reciente algunos acontecimientos demuestran que, hoy en día, la seguridad no se puede improvisar».
Treinta y dos reclutas juraron fidelidad en presencia de sus familiares y de autoridades vaticanas. El Juramento es realizado estando el recluta en formación militar, con una mano puesta en la bandera suiza y la otra teniendo tres dedos levantados simbolizando la creencia en la Santísima Trinidad.
El Juramento de los nuevos Guardias ocurre siempre el día 6 de mayo. Para los Guardias Suizos y para la Iglesia esa fecha se tornó relevante y digna de ser recordada: en el año 1527, exactamente el 06 de mayo, sucedió el hecho histórico del «Saqueo de Roma», perpetrado por las tropas de Carlos V. En aquella ocasión, 147 Guardias Suizos fueron muertos mientras defendían al Papa Clemente VII.
El Ejército
Siendo uno de los menores ejércitos del mundo, la Guardia Suiza cuenta con apenas 110 soldados. La bravura y dedicación de sus miembros son legendarias. Su uniforme es uno de los más coloridos y atrayentes, sus armas son las tradicionales alabardas de origen medieval.
Para participar de este cuerpo de elite es necesario ser suizo, católico, soltero y tener entre 19 y 30 años. Además de eso debe tener una estatura que no puede ser inferior a un metro y setenta.
El Papa Francisco no estuvo en la ceremonia de ayer, pero, días atrás, se reunió con estos mismos nuevos Guardias Suizos, en el Vaticano.
En la ocasión les recomendó que estuviesen bien armados. Y les recomendó como armas: los Sacramentos, el Rosario y un pequeño libro conteniendo los Santos Evangelios aconsejándoles que lo llevasen en el bolso y lo leyesen diariamente. (JSG)
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