"Debemos reconocer el papel que juega cada madre en la vida de todo ser humano": Arzobispo de Acapulco

Redacción (Viernes, 08-05-2015, Gaudium Press) Con motivo del Día de la Madre que se celebra el próximo domingo 10 de mayo, el Arzobispo de Acapulco, Mons. Carlos Garfias Merlos, ha dirigido un mensaje a los fieles para que reconozcan el papel que tiene la madre para la sociedad.

En la misiva, el prelado expresa: «debemos tener presentes y reconocer plenamente el papel que juega cada una de nuestras madres en la vida de todo ser humano. Del mismo modo en que Santa María no dudó en aceptar su misión, cada una de las madres de esta tierra, se entregan con caridad y servicio para ofrecer lo mejor de sí mismas a sus hijos».

María es modelo de Mujer y Madre / Foto: Gaudium Press.

Asimismo, llama par que se reconozca «el gran compromiso que asumen todas y cada una de las madres, quienes, luchando contra viento y marea, hacen hasta lo imposible por sacar adelante a sus hijos».

De manera especial, el Arzobispo de Acapulco hace un reconocimiento por aquellas madres que se convierten en cabeza de hogar y deben ser padre y madre al mismo tiempo, así como por aquellas que sufren en las cárceles, se encuentran enfermas, lloran la pérdida de un hijo por causa de la violencia; «por todas las que se han encontrado con dificultades para seguir adelante».

Finalmente, Mons. Garfias Merlos concluye el mensaje confiando su oración por todas las madres «quienes siguiendo el ejemplo de nuestra Santa Madre María, nos ha llevado estoicamente en su vientre, entregando todo su amor para consolidar el milagro más grande de la vida».

En la maternidad, «la mujer se realiza en plenitud a través del don sincero de sí»

Fue el santo Papa Juan Pablo II quien en la Carta Apostólica ‘Mulieris Dignitatem’ -sobre la dignidad y vocación de la mujer- se refirió al papel que juega la madre para la sociedad.

En el documento, escrito con motivo del Año Mariano, el Pontífice expresó sobre la maternidad: «La maternidad, ya desde el comienzo mismo, implica una apertura especial hacia la nueva persona; y éste es precisamente el ‘papel’ de la mujer. En dicha apertura, esto es, en el concebir y dar a luz el hijo, la mujer ‘se realiza en plenitud a través del don sincero de sí’. (…) La exclamación de Eva, ‘madre de todos los vivientes’, se repite cada vez que viene al mundo una nueva criatura y expresa el gozo y la convicción de la mujer de participar en el gran misterio del eterno engendrar».

Escribió además, que la maternidad «conlleva una comunión especial con el misterio de la vida que madura en el seno del a mujer», y que la madre admira este misterio, y con intuición singular «comprende lo que lleva en su interior».

En otro documento, esta vez en la carta que dirigió a las mujeres en junio de 1995, San Juan Pablo II agradeció a las madres y exaltó el don de la maternidad: «Te doy gracias, mujer-madre, que te conviertes en seno del ser humano con la alegría y los dolores de parto de una experiencia única, la cual te hace sonrisa de Dios para el niño que viene a la luz y te hace guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida».

Con información de la Conferencia del Episcopado Mexicano y Vatican.va.