Washington (Lunes, 11-05-2015, Gaudium Press) «Defendiendo el Matrimonio – Doce argumentos para la cordura»: este libro, publicado el año pasado, rápidamente se está posicionando como una obra de referencia cada vez más consultada por aquellos que quieren comprender las profundidades y bondades del matrimonio, por lo menos del matrimonio ‘como debe ser’.
«Este es el mejor libro sobre el matrimonio que haya leído, y el autor, Anthony Esolen, es ciertamente uno de los mejores escritores católicos de nuestro país», declaró sobre el escrito el Padre C. J. McCloskey, historiador de la Iglesia e investigador en el Instituto Fe y Razón de Washington.
En «Defendiendo el Matrimonio» Esolen aborda los temas más candentes que atañen a la institución base de la sociedad, vistos en el contexto americano. Relata el autor las raíces del matrimonio en visiones religiosas antiguas, recorre lo que fue la legislación del matrimonio en diferentes culturas, la ley natural atinente al matrimonio, muestra la total imposibilidad de llamar matrimonio a lo que no corresponde a esa realidad, y torna patente «cómo la cultura de hoy ha empobrecido y vaciado al amor de su verdadero significado».
En un punto auge de la lectura, el interesado lector se depara con un capítulo donde brilla el espíritu poético del autor, quien no traiciona sus características y recorrido literarios, pues Esolen es un estudioso de Dante y de Shakespeare, ha sido traductor de Dante y además ejercer la cátedra de Inglés en el Providence College, en Rhode Island.
En la sección «La Belleza del País del Matrimonio» Esolen hace un vívido contraste entre lo que llama la Tierra del Matrimonio y la Tierra de ‘Divisia’:
«En la Tierra del Matrimonio, sabes quiénes son tus vecinos, porque hay vecinos a conocer. Eso es porque los hombres y las mujeres se casan, y permanecen casados, y crían familias; y antes de que te des cuenta, eres como una estrella en una gran constelación o una hoja sobre una rama de hojas. En la Tierra del Matrimonio, la fidelidad y no la inquietud es la regla, y de esta manera tú no sólo conoces a tus vecinos, tú conoces también los primos de tus vecinos. En ‘Divisia’, la gente se esfuerza con todas sus energías en hacerse un nombre por sí mismos, porque nadie sabe quiénes son. En la Tierra del Matrimonio no tienes que hacerte un nombre para tí mismo. Tú ya tiene tres o cuatro de ellos: aquel con el que tu madre te llama; aquel con el que tus hermanos y hermanas y primos y amigos te llaman; aquel con el que tus hijos te llaman y aquel con el que tu mujer te llama».
«En ‘Divisia’, la gente toma como una afrenta que la raza humana esté dividida en dos sexos y que estos tengan ciertas características fiables. Ellos niegan más que al mero Adán. Ellos niegan la manzana de Adán. En la Tierra del Matrimonio, la división es lo más dulce que hay por la unión que ella promete. Los hombres hacen más que amar a las mujeres: Ellos gustan de las mujeres, y las mujeres gustan de los hombres. Lo que en ‘Divisia’ es despreciado como ‘estereotipo’ en la Tierra del Matrimonio es fuente de delicias…», y así continúa.
En fin, una muy importante lectura, en tiempos en que la falta de claridad sobre las verdades fundamentales del matrimonio está amenazando la configuración misma de la sociedad. «Algunas civilizaciones han florecido durante muchos siglos y luego desaparecido. A menos que mantengamos incólume el matrimonio, como se explica en este maravilloso libro, Occidente como lo hemos conocido desaparecerá», sentencia una vez más el P. McCloskey.
Con información del National Catholic Register
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