sábado, 23 de noviembre de 2024
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¿Hablar a los niños del diablo?

Roma (Jueves, 14-05-2015, Gaudium Press) Que el padre de la mentira busque mantenerse oculto mientras desarrolla su acción maléfica, es algo que se constata por el silencio con el que se cubre en el mundo la real existencia de este jerarca de la maldad. En sentido contrario el P. César Truqui, LC -uno de los organizadores del reciente curso «Exorcismo y oración de liberación» en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum- dice que incluso es conveniente hablar con los niños sobre la materia.

1.jpg«La experiencia de un amigo, sacerdote de una parroquia de montaña frecuentada por muchos niños, explica bien por qué es importante hablar de ello. Durante el catecismo, él inicia con la historia de la Creación contenida en el primer libro del Génesis y luego, cuando llega al tercero, explica la caída del hombre tentado por el diablo, que define así: Una simple criatura que se ha rebelado contra Dios. Ocultar la existencia del diablo pone en peligro la fe, porque sin una comprensión de quién es y de su opción que lleva a la condenación, ni siquiera se puede comprender la Encarnación y la Iglesia para la salvación», explicó el P. Truqui, en reciente entrevista con el cotidiano Tempi.

«Si no existe el diablo – continuó, ¿por qué Dios se habría debido encarnar? En la primera carta de Juan se dice que Jesús vino a destruir las obras del demonio. Este pasaje es fundamental para comprender el misterio salvífico de Cristo. Mi amigo párroco a continuación explica cómo se hace para derrotar el mal, hablándoles [a los niños] de los ángeles o de María, la más humilde de las criaturas, llamada a derrotar a los más soberbios. Los niños no tienen miedo, de hecho, ellos entienden perfectamente que basta estar del lado de Dios Todopoderoso, contra el cual ninguna criatura no puede hacer nada».

Preguntado por Tempi acerca de la razón del aumento de los casos de exorcismo contra posesiones, el P. Truqui respondió que muy probablemente esto se debe al aumento de «las sectas, pero sobre todo a la superstición y a un vacío dejado por el ateísmo. Las personas son así obligadas a buscar respuestas en los magos, hechiceros, adivinos y en los ritos esotéricos en general. Estos son más peligrosos que la droga o el libertinaje y en la Biblia es el propio Dios quien los prohíbe». El Padre recordó diversos pasajes bíblicos en los que Dios prohíbe toda brujería o magia bajo penas de las más graves. En esas actividades «actúa sólo el diablo», insistió el presbítero.

 

 

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