Santo Domingo (Jueves, 14-05-2015, Gaudium Press) El Cardenal Marc Ouellet, Presidente de la Congregación para los Obispos y de la Pontificia Comisión para América Latina, ha intervenido en la XXXV Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que ocurre esta semana en Santo Domingo, República Dominicana. El purpurado, ha reflexionado sobre el futuro del organismo eclesial a la luz del Magisterio del Papa Francisco.
Durante su intervención, que ha tenido lugar el pasado 13 de mayo -solemnidad de Nuestra Señora de Fátima- el purpurado ha descrito el Magisterio del pontífice señalando tres aspectos que lo caracterizan y que marcan la pauta para el futuro del CELAM: primero, que es «un magisterio evangelizador»; segundo, «un magisterio de reforma»; y tercero, «un magisterio pastoral planetario».
Dijo que desde que comenzó su Ministerio Petrino, el Papa Francisco colocó el Pontificado bajo el signo de la misericordia divina: «Éste es el gran tiempo de la misericordia. No lo Olviden: éste el gran tiempo de la misericordia», recordó el Cardenal, tomando palabras del Pontífice. Asimismo, «nos invita a concentrarnos siempre en lo esencial del Evangelio, y no a dispersarnos en cuestiones secundarias», prosiguió.
Cardenal Marc Ouellet, Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. |
Dijo también que este tiempo de misericordia está marcado por el amor preferencial por los pobres: «El Papa anuncia la buena noticia a los pobres, dándoles prioridad no sólo en su amor preferencial y en su cuidado solidario, sino también en su visión teológico-pastoral. Poniendo a los pobres en el centro de la atención, el Papa encarna la caridad de la Iglesia, o sea, el testimonio más evidente que Dios es Amor».
«Me atrevo aquí a confiarles una confidencia personal -continuó el purpurado-. En años anteriores recuerdo mucho el discurso sobre la nueva evangelización que no lograban enganchar con la vida real de la gente. Se tomaba de algún modo el kerygma por algo adquirido y uno hablaba de catequesis o insistía sobre sus consecuencias morales y sociales. Faltaba la insistencia constante de Francisco sobre la misericordia, la ternura de Dios, la confianza sin límites en su bondad. No hay tema más recurrente que éste, que culmina ahora con el Año jubilar de la Misericordia, una novedad absoluta en la historia de la Iglesia».
Esta es la dirección por la que quiere apuntar el Santo Padre, explicó el Cardenal Ouellet a los participantes de la Asamblea del CELAM: «Papa Francisco nos está empujando en esta dirección, desando que toda la Iglesia se vuela evangelizadora, que no nos quedemos en la espera pasiva en nuestro templos sino que salgamos en todas las direcciones, a todas las periferias geográficas, sociales y existenciales, para ir al encuentro de las personas y de las familias, compartiendo con ellos el Evangelio de la misericordia, razón de nuestra esperanza».
El Presidente de la Pontificia comisión para América Latina reflexionó igualmente que el Magisterio del Papa es también el de la reforma de la Iglesia, que se caracteriza, sobre todo, por una reforma espiritual, identificada con la conversión personal, pastoral y misionera. «Toda reforma comienza con gente de rodillas, repite con frecuencia. En efecto ‘sin momentos detenidos de adoración, de encuentro orante con la Palabra, de diálogo sincero con el Señor, las tareas fácilmente se vacían de sentido, nos debilitamos por el cansancio y las dificultades'», describe el Cardenal al hacer eco de la Exhortación Apostólica ‘Evangelii Gaudium’, del Papa Francisco.
En este sentido -prosiguió el purpurado-, «el mejor camino para la reforma de la Iglesia que nos propone es, por una parte el de la adoración -‘¡recuperar el espíritu contemplativo!’ y por otra, el de la salida misionera por desborde de gratitud y alegría».
Al señalar que el Pontificado de Francisco es «un magisterio pastoral planetario» -otro de los tres aspectos que caracterizan su Pontificado-, el Cardenal Ouellet lo describe como un pontificado que muestra «como la buena noticia del Evangelio abraza todas las dimensiones de lo humano».
El Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina ha concluido su intervención expresando: «uno de los retos que enfrenta la Iglesia latinoamericana es el de su responsabilidad histórica por ser el único continente globalmente y abiertamente cristiano».
«Más que nunca estamos llamados a compartir el Evangelio casa por casa, de persona en persona, de familia en familia, de comunicad en comunidad. Más que nunca urge formar nuevas generaciones de laicos católicos que abran caminos al Evangelio en la vida política, económica, social y cultural del continente (…) Más que nunca hay que ir construyendo una cultura del encuentro, sumando y no dividiendo y contraponiendo. Más que nunca se necesita fortalecer la identidad y bregar por la unidad de América Latina desde su originalidad cristiana, así como una mayor comunión y colaboración entre las Iglesias de todo el continente americano y una mayor solidaridad entre los pueblos», puntualizó invitando a la Iglesia Latinoamericana a dar un salto de calidad en el testimonio cristiano.
La XXXV Asamblea General Ordinaria del CELAM, que concluye el viernes 15 de mayo, congrega a los presidentes y delegados de los 22 episcopados latinoamericanos. La reunión ha sido de carácter electivo y su nuevo presidente es el Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, Cardenal Rubén Salazar Gómez (Ver noticia: El Cardenal colombiano Salazar es el nuevo presidente del CELAM).
Lea aquí completa la intervención del Cardenal Ouellet durante la XXXV Asamblea General Ordinaria del CELAM.
Con información del CELAM.
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