Winnipeg (Jueves, 14-05-2015, Gaudium Press) El Día de las Madres, celebrado en varios países el pasado 10 de mayo, se unió en Canadá a un especial acontecimiento que destaca a un modelo maternal de heroísmo propuesto por la Iglesia a los fieles de todo el mundo: La dedicación del primer Santuario Nacional de Santa Gianna Beretta Molla, la virtuosa madre italiana que ofreció su vida para permitir el nacimiento de su hija, Gianna Emanuela. «Elegimos su nombre porque era la que más nos representaba como comunidad», explicó a Fides el P. Darren Gurr. «Era una mujer joven, profesional, una esposa, una madre».
Afiche de invitación a la inauguración del Santuario Nacional. Foto: Arquidiócesis de Winnipeg. |
«Para muchas personas, es la primera vez que podemos decir acerca de un santo que es ‘alguien como nosotros'», comentó uno de los feligreses presentes. El testimonio de Santa Gianna Beretta unió la identidad católica y vida virtuosa de una esposa y madre con la difícil prueba del padecimiento de cáncer y el testimonio heroico de haber preferido salvar la vida de la niña que esperaba, limitando su tratamiento. «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid la suya, Salvadlo, lo exijo», expresó a los médicos.
La enfermedad fue detectada cuando la madre tenía dos meses de gestación y afectaba precisamente el útero de la mujer. Los médicos prescribieron una cirugía inmediata, pero Santa Gianna Beretta exigió que el tumor se retirara sin dañar a su hija. La mujer dio a luz satisfactoriamente, pero enfrentó la etapa final de su padecimiento en los seis meses siguientes, dedicada a la oración y a la entrega a la voluntad de Dios. Falleció a la edad de 39 años, tras haber sufrido intensos dolores, el 28 de abril de 1962. Fue canonizada por San Juan Pablo II el 16 de mayo de 2004.
El Santuario Nacional en su honor fue bendecido e inaugurado por el Arzobispo de Winnipeg, Mons. Richard Gagnon. Durante la ceremonia se reveló la escultura en bronce elaborada por el artista John Collier. La hija de la Santa, Gianna Emanuela, cuya vida fue salvada por la determinación de limitar el tratamiento, estuvo presente en la celebración.
Con información de Fides y Arquidiócesis de Winnipeg.
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