Ciudad del Vaticano (Viernes, 15-05-2015, Gaudium Press) En su homilía de hoy en la eucaristía que celebra en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco habló del miedo que paraliza, del temor de Dios y de la alegría cristiana.
«Jesús dice a Pablo: ‘No tengas miedo. Sigue hablando’. El miedo no es una actitud cristiana. Es la actitud – podemos decir – de un alma encarcelada, sin libertad, que no tiene la libertad de mirar hacia adelante, de crear algo, de hacer el bien… no, siempre: ‘No, pero está este peligro, está aquel otro, aquel otro…’. Y esto es un vicio. Y el miedo hace mal».
Foto: L’Osservatore Romano |
«No tener miedo es pedir la gracia del coraje, del valor que nos envía el Espíritu Santo»:
«Hay comunidades temerosas, que van siempre a lo seguro: ‘No, no, no hacemos esto, no, no, esto no se puede, esto no se puede…’. Parece que sobre la puerta de entrada hemos escrito ‘prohibido’: todo está prohibido por el miedo. E tú entras en esta comunidad y el aire está viciado, porque es una comunidad enferma. El miedo enferma a una comunidad. La falta de coraje enferma a una comunidad», expresó el Pontífice.
Diferente de ese miedo es el «temor de Dios» que «es santo, es el temor de la adoración ante el Señor y el temor de Dios es una virtud. Pero el temor de Dios no achica, no debilita, no paraliza: lleva hacia adelante, hacia la misión que el Señor da».
Sobre la alegría cristiana, el Papa recordó la frase del Señor: «Nadie podrá quitarles su alegría». «En los momentos más tristes, en los momentos del dolor» la alegría «se convierte en paz». En este sentido «un cristiano sin alegría no es cristiano. Un cristiano que continuamente vive en la tristeza, no es cristiano. Y a un cristiano que en el momento de las pruebas, de las enfermedades o de tantas dificultades, pierde la paz, le falta algo».
Y continuó profundizando en aquello que constituye la alegría fruto del Espíritu de Dios: «La alegría cristiana no es una simple diversión, no es una alegría pasajera; la alegría cristiana es un don, es un don del Espíritu Santo. Es tener el corazón siempre alegre porque el Señor ha vencido, el Señor reina, el Señor está a la derecha del Padre, el Señor me ha mirado y me ha enviado, y me ha dado su gracia y me ha hecho hijo del Padre… Esa es la alegría cristiana. Un cristiano vive en la alegría».
El Papa concluyó su homilía pidiendo al Señor que retire de los hombre en mal miedo y que nos conceda su alegría y su paz.
Con información de Radio Vaticano
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