Redacción (Viernes, 15-05-2015, Gaudium Press) Con ocasión de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que la Iglesia Católica conmemorará este Domingo 17 de mayo en la Solemnidad de la Ascensión del Señor, vale la pena traer al presente varios santos que, además de su testimonio de amor y fidelidad a Jesucristo, fueron grandes comunicadores de su tiempo.
Este es el tema que abordó el Padre Francisco Javier Sancho Fermín, de la Orden de los Carmelitas Descalzos (OCD), con la conferencia «Teresa de Jesús, experta comunicadora en el siglo XVI» sobre la santa carmelita, mística y doctora de la Iglesia, con motivo de los 500 años de su nacimiento, que se conmemoran este 2015, y en el marco de un encuentro de comunicadores católicos.
La fuerza comunicativa de Santa Teresa radica «en la veracidad testimonial de lo que transmite; en saber llegar al corazón de la persona; en saber dar luz a las tinieblas que nos habitan». / Foto: Gaudium Press. |
Para el sacerdote carmelita «Teresa es una gran comunicadora» que sigue asombrando a literatos, filósofos y pensadores «gracias a la fuerza de su lenguaje y su capacidad de comunicar», aspectos que -como subraya- «emergen principalmente de la temática hacia la cual se dirigen sus escritos: hablarnos de nuestra interioridad, del Misterio que acontece y frente al cual no es fácil dibujar palabras».
Dote de comunicadora que tocó, a lo largo de la historia, el corazón de muchos otros santos, como es el caso de Edith Stein, quien luego de leer los escritos de Teresa de Jesús decide entrar a la Iglesia Católica. Ella expresaba sobre la obra teresiana: «A excepción de las Confesiones de San Agustín, no existe en la literatura universal ningún otro libro que como éste lleve el sello de la veracidad, que tan inexorablemente ilumina hasta los rincones más escondidos de la propia alma y que deposita un testimonio estremecedor de la ‘misericordia de Dios'», cita el Padre Sancho Fermín.
Para el sacerdote carmelita algo que llama bastante la atención de la santa es lo mucho que ella pudo escribir, sobre todo cartas, a pesar de las dificultades que enfrentó en su tiempo. «Bastaría con acercarnos a su epistolario para darnos cuenta de la importancia que para Teresa adquiere la comunicación. Por desgracia no conservamos más que casi 500 cartas, cuando posiblemente escribió -según calculan algunos estudiosos- entre 15.000 ó 20.000 cartas (…) Y es que Teresa siempre consideró fundamental que se diera una comunicación constante y fluida entre los monasterios que iba fundando. Ella no quería islas, sino espacio de comunión y comunicación», explica.
«Cuando uno lee los escritos teresianos y lo hace a la luz de la realidad histórica y eclesial en que fueron escritos, sin duda asombra su supervivencia. Y la razón de todo ello se fundamenta en la gran inteligencia de su autora para aprender a sobrevivir en un ambiente hostil y contrario al mensaje que ella pretende transmitir», agrega el sacerdote.
Citando a la santa, dice también que la vocación de escritora y comunicadora de Teresa de Jesús nació de su profunda experiencia de Dios: «Esa fuerza surge precisamente en la profundidad de su experiencia de Dios: ‘siempre está bullendo el amor y pensando qué hará. No cabe en sí, como en la tierra parece no cabe aquel agua, sino que la hecha de sí. Así está el alma muy ordinario, que no sosiega ni cabe en sí con el amor que tiene; ya la tiene a ella empapada en sí. Querría bebiesen los otros, pues a ella no la hace falta, para que la ayudasen a alabar a Dios.»
Una vocación por comunicar que también tiene sus raíces en el contacto con la realidad, como lo explica el Padre Sancho Fermín: «Pero la necesidad de comunicar también emerge al contacto con la realidad: una realidad necesitada de una noticia y de un mensaje diferente, que ayude al hombre a salir de su gran ignorancia. Curiosamente Teresa se percata que la raíz de muchos de los males de su tiempo, la raíz más profunda, se encuentra en la ignorancia generalizada sobre lo que es el hombre y su dignidad. Las guerras de religión, las injusticias, las barbaridades que se comenten con los Indios en las américas, etc. Todo se origina en la ignorancia del hombre».
Finalmente, manifiesta que la fuerza comunicativa de Santa Teresa radica «en la veracidad testimonial de lo que transmite; en saber llegar al corazón de la persona; en saber dar luz a las tinieblas que nos habitan; en saber resolver el misterio de uno mismo, y en transmitirnos el rostro de un Dios amigo y misericordioso».
Con información de SIC.
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