Ciudad del Vaticano (Martes, 19-05-2015, Gaudium Press) Basándose en las lecturas del día de hoy, el Papa Francisco habló en su homilía en la Casa Santa Marta de las despedidas y la gran despedida de todo ser humano, a la hora de la muerte. Hoy, los Hechos de los Apóstoles narran la reunión de San Pablo con los presbíteros de la Iglesia de Éfeso antes de su partida a Jerusalén, en la que expresa el Apóstol que le «aguardan cárceles y luchas». Y el Evangelio de San Juan relata la conmovedora oración de Jesús al Padre Eterno en la que el Señor le pide que lo glorifique cerca de Él -además de implorar por aquellos que han guardado su palabra- poco antes de la Pasión.
«Jesús se despide, Pablo se despide -dijo el Pontífice- y esto nos ayudará a reflexionar acerca de nuestras despedidas». En nuestra vida -observó – «hay tantas despedidas», pequeñas y grandes y hay también «tanto sufrimiento, tantas lágrimas» en algunos casos. El Papa consideró el sufrimiento de muchos cristianos, como por ejemplo «los yazidis [de Irak], que no piensan volver a su tierra, porque fueron expulsados de sus casas. Hoy».
Foto: L’Osservatore Romano |
Hay pequeñas y grandes despedidas en la vida -afirmó el Papa- como la «despedida de la mamá, que saluda y da el último abrazo al hijo que va a la guerra; y todos los días se levanta con el temor de que alguien venga a decirle: ‘Le agradecemos mucho la generosidad de su hijo que ha dado la vida por la patria'». También está «la última despedida que todos nosotros debemos hacer, cuando el Señor nos llama a la otra vida. Yo pienso en esto».
El Papa profundizó en el sentido de la palabra «adiós». «Pablo encomienda a Dios a los suyos y Jesús encomienda al Padre a sus discípulos, que permanecen en el mundo. ‘No soy del mundo, pero custódialos’. Encomendar al Padre, encomendar a Dios: éste es el origen de la palabra ‘adiós’. Nosotros decimos ‘adiós’ sólo en las grandes despedidas, tanto de la vida como en la última».
«Creo -expresó el Pontífice- que con estos dos iconos -el de Pablo, que llora de rodillas en la playa, todos allí, y en Jesús, triste, porque le esperaba la Pasión, con sus discípulos, llorando en su corazón- podemos pensar en nuestra despedida. Nos hará bien. ¿Quién será la persona que cerrará mis ojos?»:
«¿Qué dejo? Tanto Pablo como Jesús, ambos, en estos pasajes hacen una especie de examen de conciencia: ‘Yo he hecho esto, esto, esto…’. ¿Yo qué he hecho? Pero me hace bien imaginarme en aquel momento. Cuándo será, no se sabe, pero vendrá el momento en el que ‘hasta luego’, ‘hasta pronto’, ‘hasta mañana’, ‘hasta la vista’ se convertirá en ‘adiós’. ¿Yo estoy preparado para encomendar a Dios a todos los míos? ¿Para encomendarme a mí mismo a Dios? ¿Para decir aquella palabra que es la palabra del encomendarse del hijo al Padre?».
El Papa concluyó sus palabras aconsejando repasar las lecturas estudiadas, y pensando en que algún, cada uno de nosotros deberá decir «adiós».
Con información de Radio Vaticano
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