Ciudad del Vaticano (Lunes, 18-05-2015, Gaudium Press) La 68ª Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana, CEI, fue abierta por el Papa en la tarde del pasado lunes, en la Sala del Sínodo, en el Vaticano.
El tema del encuentro de los obispos italianos este año es la Exhortación Apostólica ‘Evangelii Gaudium’.
El Papa fue a pie de la Casa Santa Marta hasta la Sala Pablo VI. Allí fue recibido por el Presidente y el Secretario de la Conferencia, el Cardenal Angelo Bagnasco y Mons. Nunzio Galantino. En seguida los tres se dirigieron al lugar son realizados los trabajos, en el interior del edificio.
Discurso del Papa
En su discurso a los obispos de su Diócesis romana y de toda Italia, el Papa resaltó el momento histórico desalentador, con situaciones de aflicción y tribulación, en el país y en el mundo.
Mostró que la vocación episcopal es ‘navegar contra la corriente’; o sea, ser testigos alegres de Jesucristo y transmitir esta alegría y esperanza a los otros:
«Nos es pedido consolar, ayudar, alentar sin distinción a todos nuestros hermanos oprimidos por el peso de sus ‘cruces’, irguiéndolos con la fuerza que proviene de Dios».
El Papa Francisco dijo al grupo participante de la Asamblea que le gustaría oír sus ideas, sus preguntas, y compartir con los presentes sus reflexiones.
Inició afirmando: «Es muy malo encontrar un consagrado abatido, desmotivado o ‘apagado’… es como un pozo seco donde las personas no encuentran agua para matar la sed».
Preocupaciones
«Mis preocupaciones nacen de una visión global de los episcopados, adquirida por haber encontrado en dos años de Pontificado varias Conferencias y observado la importancia de la ‘sensibilidad eclesial’ de cada una; o sea, la humildad, la compasión, la misericordia, la concreción y sabiduría, a imagen de los sentimientos de Dios.
«La sensibilidad eclesial, dijo el Papa, nos lleva junto al pueblo de Dios para defenderlo de las colonizaciones ideológicas que les roban identidad y dignidad».
La sensibilidad eclesial -prosiguió el Papa- se manifiesta también en las decisiones pastorales y en la elaboración de Documentos, en los cuales no deben prevalecer aspectos teóricos, doctrinales y abstractos, como si las orientaciones se dirigiesen a estudiosos y especialistas, y no al pueblo de Dios. «Tenemos que traducirlos en propuestas concretas y comprensibles», afirmó.
Prosiguiendo, el Papa reiteró que la sensibilidad eclesial se concretiza también reforzando el indispensable papel de los laicos en asumir las responsabilidades que les competen: «Los laicos que poseen formación cristiana auténtica no precisan de un ‘Obispo-piloto’, o de un ‘Monseñor-piloto’ o de un estímulo clerical para asumir sus tareas en todos los niveles: ¡político, social, económico y legislativo! ¡Ellos precisan de un Obispo-Pastor!»
Otra cuestión levantada por el Papa: «¿Por qué se dejan envejecer tanto los Institutos religiosos, Monasterios, Congregaciones, al punto que dejan de ser testimonios fieles a su carisma inicial? ¿Por qué no se incorporan, antes que sea demasiado tarde?».
Al terminar su discurso, el Papa explicó que quiso apenas ofrecer algunos ejemplos de escasez de sensibilidad eclesial, y en seguida clamó a Dios para que «durante el Jubileo de la Misericordia, el Señor nos conceda la alegría de redescubrir y tornar fecunda la misericordia de Dios, con la cual somos llamados a consolar a todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo».
La Asamblea debe proseguir hasta el día 21, siempre en la Sala del Sínodo, en el Vaticano. Hasta el final de los trabajos serán electos los Presidentes de las Comisiones Episcopales. (JSG)
De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Radio Vaticana
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