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Filadelfia (Miércoles, 27-05-2015, Gaudium Press) Lo que para los no creyentes puede parecer un juego inofensivo promovido activamente en redes sociales, motiva grandes preocupaciones para los católicos. Se trata de una tendencia en redes sociales llamada #CharlieCharlieChallenge (Desafío Charlie Charlie), que motiva a obtener respuestas a preguntas a través de una invocación de un espíritu.
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| Padre Stephen McCarthy. Archivo personasl del sacerdote. |
«Hay un juego peligroso dando vueltas en las redes sociales que abiertamente induce a jóvenes impresionables a invocar demonios», advirtió en una carta abierta el P. Stephen McCarthy a los estudiantes de dos escuelas católicas de la Arquidiócesis de Filadelfia reproducida por National Catholic Register. «Quiero recordarles que no existe tal cosa como ‘jugar inocentemente con demonios'».
La peligrosa práctica, que promueve un método de adivinación a través de preguntas directas a una entidad demoníaca apodada «Charlie», que para los medios de comunicación es una superstición inocua o un juego para quienes no se asustan fácilmente. «El problema con abrirse uno mismo a la actividad demoníaca es que abre una ventana de posibilidades que no se cierra con facilidad», alertó el presbítero.
De hecho, la más popular historia de ficción sobre exorcismo, «El Exorcista» de William Peter Blatty, ubica la causa de la posesión relatada en una invocación a través de la llamada Tabla Ouija a un espíritu que portaba el supuestamente inocente nombre de Capitán Howdy. Esta descripción se acerca a la realidad de numerosos casos de posesión o de perturbación demoníaca originados en prácticas de brujería, adivinación e invocación según reconocidos exorcistas como el P. Gabriele Amorth o el P. José Antonio Fortea.
El Catecismo de la Iglesia Católica advierte claramente en su numeral 2116 sobre la maldad de cualquier práctica como la promovida por el pretendido desafío: «Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone «desvelan» el porvenir (cf Dt 18, 10; Jr 29, 8)». En su lugar, «la actitud cristiana justa consiste en entregarse con confianza en las manos de la providencia en lo que se refiere al futuro y en abandonar toda curiosidad malsana al respecto».
Con información de National Catholic Register.
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