Menú 
Santiago (Jueves, 28-05-2014, Gaudium Press) Durante la mañana ayer, en las dependencias del episcopado, representantes de la Conferencia de Obispos de Chile (CECh) presentaron oficialmente el texto «Cuidado y Esperanza. Líneas guía para tratar los casos de abusos sexuales a menores de edad». El documento fue expuesto a los medios de comunicación en rueda de prensa por el Secretario General de la CECh y Obispo de Melipilla, monseñor Cristián Contreras Villarroel.
En la oportunidad, el pastor hizo memoria del proceso señalando que desde el año 2002, la CECh ha asumido el desafío de abordar la problemática del abuso contra menores de edad, tanto al interior de la Iglesia como en la sociedad chilena. Así, tras la suscripción del primer Protocolo en el año 2003, actualizado y complementado en el año 2011, los obispos trabajaron, a petición también de la Santa Sede, en un documento general para hacer frente a estas situaciones.
De este modo, la finalidad de las Líneas Guía es establecer procedimientos claros y coordinados en el manejo de los casos de abuso, tanto para asistir a las víctimas como para formar a la comunidad eclesial en la protección de los menores de edad. El texto pretende dar una respuesta integral ante situaciones de abuso desde tres perspectivas: los procedimientos ante situaciones de abuso sexual, el acompañamiento a las víctimas y la prevención de situaciones abusivas
Monseñor Contreras informó que el texto fue revisado por la Santa Sede y su versión final fue aprobada en la 109ª Asamblea Plenaria de la CECh, celebrada en abril pasado. El pasado domingo 24 de mayo, en la Solemnidad de Pentecostés, todos los obispos diocesanos de Chile firmaron el decreto que promulga estas Líneas Guía como norma oficial en cada una de las circunscripciones. En este sentido, agregó que esta normativa comenzará a regir a partir del 16 de Julio, fecha en que se celebra la Solemnidad de la Virgen del Carmen.
En su intervención, monseñor Alejandro Goic, Obispo de Rancagua y Presidente del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas, sostuvo que estas Líneas Guía son «el fruto de un proceso emprendido por la Iglesia en Chile en uno de los momentos más dolorosos de su historia. Los abusos contra menores perpetrados por clérigos marcan, ciertamente, un antes y un después en la vida eclesial chilena».
En este sentido, añadió que corresponderá a las futuras generaciones poder mirar en perspectiva «en qué hemos fallado». «A nosotros, obispos de la Iglesia Católica en el Chile de 2015, nos toca dar un paso relevante en este proceso de acompañamiento y reparación. Ayer éramos los obispos quienes clamábamos verdad y justicia. Hoy hermanos y hermanas nuestras exigen de nosotros, pastores, garantías más contundentes de que no hay lugar en el sacerdocio para quienes abusan de niños, niñas y jóvenes», dijo.
Al término de su intervención afirmó que «no serán estas Líneas Guía las que reparen el daño irreparable. Pero con la ayuda de Dios, la voluntad y firme decisión de cada uno de mis hermanos obispos y los superiores religiosos, podremos ofrecer a nuestras comunidades y a la sociedad chilena la respuesta eclesial clara y categórica que se espera de nosotros en esta hora».
Finalmente agradeció el servicio prestado por los integrantes del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento a Víctimas, entidad que preside, y también de quienes han recibido este encargo en diócesis y en institutos de vida consagrada. Un trabajo que definió como «complejo y no exento de incomprensibles».
Un avance para instalar ambientes sanos y seguros
Por su parte, para el Presidente de la CECh y Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, la promulgación a nivel nacional de estas Líneas Guía representa «un paso más en el decidido proceso por implementar en toda la Iglesia chilena, planes de prevención de todo tipo de abusos y desde una perspectiva más amplia, un avance en la instalación de ambientes sanos y seguros que garanticen el cuidado y desarrollo de todos quienes participamos en la Iglesia».
Y agregó que «en un tema tan delicado que ha sido motivo de heridas todavía abiertas en nuestra Iglesia, esperamos que esta actualizada normativa garantice de un mejor modo el esfuerzo de todos para desterrar definitivamente la lacra del abuso de los contextos eclesiales».
Con información del Dpto. de Comunicaciones del Episcopado de Chile
Deje su Comentario