Cruz del Eje (Jueves, 28-05-2015, Gaudium Press) La sorprendente curación que está siendo estudiada para la canonización del argentino Padre José Gabriel Brochero (más conocido como el Cura Brochero, o el Cura Gaucho) ha obtenido la validez jurídica de las respectivas autoridades de la Congregación para las Causas de los Santos. Sigue ahora el estudio en detalle de la Junta Médica de la dicha Congregación.
Trátase de la posible curación milagrosa de una niña que fue gravemente golpeada, y cuyo restablecimiento sorprendió a los médicos que la atendían. De este hecho fueron realizados los peritajes necesarios y se tomaron declaraciones a testigos de los acontecimientos.
Mons. Santiago Olivera, obispo de Cruz del Eje – Argentina, y también es coactor de la causa de canonización del Cura Brochero, afirmó que «con mucha alegría está dado este primer paso. La Junta Médica deberá estudiar este supuesto milagro, pero en sí esto es una alegría y es una convocatoria para seguir rezando».
El prelado de Cruz del Eje se refirió también a la causa de beatificación de María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mamá Antula, cuyo hipotético milagro será estudiado por la Junta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos el próximo 25 de junio. También mencionó la causa de la Madre Catalina Rodríguez, fundadora de las Esclavas del Sagrado Corazón Argentinas, quienes mucho colaboraron con la misión del Cura Brochero. Por todas estas causas, Mons. Olivera renovió el pedido de oraciones.
La siguiente es una reseña biográfica del sacerdote argentino, realizada por el Seminario Mayor de Córdoba:
José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de marzo de 1840 en Santa Rosa de Río Primero, Córdoba.
Entró al Seminario Mayor de Córdoba «Nuestra Señora de Loreto», el 5 de marzo de 1856, cuando tenía 16 años. Un amigo suyo escribió: «Muchas veces le he oído contar [a Brochero] que la constante preocupación de su juventud fue el sacerdocio… No sabía qué vocación seguir: la laical o la sacerdotal… Su espíritu fluctuaba y su corazón sufría con esta indecisión. Un día, dominado por esta preocupación, asistió a un sermón en que se bosquejaron las exigencias y sacrificios de una y otra… y apenas concluyó de escucharlo, la duda ya no atormentaba su alma, y ser sacerdote era para él una resolución inquebrantable» (CÁRCANO, RAMÓN J., José Gabriel Brochero, en: Periódico Los Principios, Córdoba, 30 de enero de 1916.)
El P. Brochero en su mula, en labores de evangelización |
Es ordenado presbítero el 4 de noviembre de 1866 por el Obispo Vicente Ramírez de Arellano. El 10 de diciembre del mismo año celebra su primera misa en la capilla del Colegio Seminario «Nuestra Señora de Loreto», cuando ésta se encontraba en la casa detrás de la Catedral, donde hoy se encuentra la Plazoleta del Fundador.
En diciembre de 1869 asume el Curato de San Alberto, siendo San Pedro la villa que hacía de cabecera en aquel departamento. Por aquel tiempo el extenso Curato de San Alberto (de 4.336 kilómetros cuadrados) contaba con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas, desperdigados por las Sierras Grandes de más de 2.000 metros de altura. Era triste el estado moral y la indigencia material de la gente. El corazón apostólico de Brochero no se desanima, sino que desde ese momento dedicará su vida toda no sólo a llevar el Evangelio sino a educar y promocionar a sus habitantes.
Al año siguiente de llegar, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios Espirituales recorriendo unos 200 kilómetros cruzando las sierras. Dicha travesía requería tres días a lomo de mula y las caravanas muchas veces superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve. Al regresar, luego de nueve días de silencio, oración y penitencia sus feligreses iban cambiando de vida, siguiendo el Evangelio y buscando el desarrollo económico de la zona.
En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Transito (localidad que hoy lleva su nombre). Fue inaugurada en 1877 con tandas que superaron las 700 personas, pasando por la misma, durante el ministerio parroquial del Siervo de Dios, más 40.000 personas. También construyó la casa para las religiosas, el Colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes.
Con sus feligreses construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran, «abandonados de todos pero no por Dios», como solía repetir.
«Un sacerdote que vivió una verdadera pasión por el evangelio que testimonió y transmitió en medio de una considerable transformación cultural en nuestro país después de los acontecimientos de la organización nacional. Sin ingenuidad, pero también sin ceder a lamentos o enfrentamientos estériles se dedicó con empeño y con espíritu constructivo a la maravillosa tarea de la evangelización. De su pasión por el evangelio brotaba también su pasión por sus hermanos y el deseo de brindarles las condiciones de una vida digna. Por eso trabajó incansablemente por levantar templos o capillas, la casa de ejercicios espirituales en la Villa del Tránsito, escuelas y otras obras que aseguraran a todos una existencia que mereciera el título de humana y cristiana.» (Mons. Carlos Ñáñez, homilía Misa Crismal 1º de abril de 2010).
Pocos días después de su muerte, el diario católico de Córdoba escribe: «Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí». Debido a su enfermedad, renunció al Curato, viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del Transito, muriendo leproso y ciego el 26 de enero de 1914.
Con información de Aica
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