Ciudad del Vaticano (Viernes, 29-05-2015, Gaudium Press) «Existen cristianos que se preocupan solamente con su relación con Jesús, una relación cerrada, egoísta y no oyen el grito de los otros».
En la mañana de este jueves, durante la misa celebrada en la Capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco hizo este y otros comentarios basados en el Evangelio del día que trata del episodio del ciego Bartimeu que grita por Jesús para ser curado pero es reprehendido por los discípulos que lo mandaron quedar callado.
Los comentarios iniciales del Papa fueron direccionados para la actitud de los discípulos, comparándolos con cristianos de nuestros días: «Aquel grupo de personas que, tampoco hoy, no oye el grito de muchos que necesitan de Jesús. Un grupo de indiferentes: no oyen y creen que la vida es aquel grupito suyo allí. Están felices, pero sordos al clamor de mucha gente que busca salvación, que precisa de la ayuda de Jesús, que necesita de la Iglesia. Esas personas son egoístas, viven para sí mismas. Son incapaces de oír la voz de Jesús».
Luego, el Pontífice clasificó tipos de personas que «oyen» las apelaciones y se comportan de modos diferentes:
«Existen aquellos que oyen ese grito de ayuda, pero quieren que esté callado». Como cuando los discípulos distanciaron a los niños «para que no incomodasen al Maestro».
«El Maestro era de ellos, para ellos y no para todos. Esas personas alejan de Jesús a aquellos que gritan, que requieren de fe, que precisan de salvación», dijo Francisco para describir el primer tipo de personas.
Existe un segundo grupo de personas: «Aquellos que hacen negocio, que están cerca de Jesús, están en el templo, parecen religiosos, pero Jesús los expulsa, porque negociaban allí, en la casa de Dios.» «Son aquellos que no quieren oír el grito de ayuda, sino prefieren hacer sus negocios y usan al pueblo de Dios, usan la Iglesia para hacer sus comercios. Esos especuladores distancian a las personas de Jesús», son cristianos «que no dan testimonio».
Francisco apuntó también a los que «son cristianos de nombre, cristianos de salón, cristianos de recepción, pero su vida interior no es cristiana, es mundana. Una persona que se dice cristiana y vive como un mundano, aleja a aquellos que piden ayuda a Jesús».
Para el Papa esos son los «rigurosos, aquellos que Jesús reprehende, que colocan fardos en las espaldas de las personas.»
Pero existe también, dijo el Pontífice, un grupo de cristianos que «ayuda a aproximarse a Jesús»: «Existe el grupo de cristianos coherente con aquello que cree y que vive, y ayuda a aproximarse a Jesús a las personas que gritan pidiendo salvación, la gracia y la salud espiritual para su alma.»
Al finalizar sus breves palabras el Papa Francisco dio un consejo: «Nos hará bien hacer un examen de consciencia». Así podremos saber si somos cristianos que distancian a las personas de Jesús o las aproximan a él, porque es cierto que hoy oímos el apelo de muchos que claman por ayuda para su propia salvación. (JSG)
De la Redacción Gaudium Press, con informaciones de Radio Vaticana.
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