Prince George (Lunes, 01-06-2015, Gaudium Press) Los Marianos de la Inmaculada Concepción, una Orden religiosa polaca instituida en 1673 para defender la doctrina de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen, celebró por primera vez en su historia la ordenación de un miembro canadiense como sacerdote. El histórico hecho se registró en la Catedral del Sagrado Corazón de la Diócesis de Prince George, Canadá, y fue presidido por el Obispo David Monroe, según informó The Catholic Register.
Mons. David Monroe, Obispo de Prince George, Canadá, ordena sacerdote al P. Jonathan Inskip. Foto: TheDivineMercy.org |
«Ha sido un largo camino, y estoy finalmente aquí. Es simplemente increíble cómo Dios me llamó a ser sacerdote y cómo seré ahora sacerdote para siempre», expresó el ordenando. El nuevo sacerdote, P. Jonathan Inskip, llegó a la comunidad religiosa tras un discernimiento del llamado de Dios en el cual conoció varias comunidades hasta que dio con la congregación polaca que porta un carisma especial. «Creo que lo que hace única nuestra comunidad es la forma en la que Dios trabajó en nuestra historia», explicó el P. Inskip. «Estuvimos casi extintos, reducidos literalmente a un solo hombre, y Dios nos preservó por un propósito. Nos confió el mensaje de la Divina Misericordia».
De hecho, para 1909, los Marianos de la Inmaculada Concepción contaban con un único miembro de 76 años de edad, lo que significaba la evidente desaparición de la Orden. Sin embargo, la comunidad se mantuvo y en 1941 resurgió desarrollando un apostolado de difusión del mensaje de la Divina Misericordia dado a Santa Faustina Kowalska, para entonces desconocido en el mundo.
El apostolado actual de los Marianos de la Inmaculada Concepción, es según el Provincial del capítulo americano P. Kaz Chwalek, consistente con los propósitos fundacionales de la comunidad: la defensa de la Inmaculada Concepción, el cuidado de moribundos y de las almas del purgatorio y la disponibilidad a las necesidades de la Iglesia. La comunidad desarrolla actividades enfocadas en la pastoral de los agentes de la salud, a quienes invita a cuidar de todas las dimensiones de la persona. «Vemos nuestra misión particularmente como una renovación a través del misterio de Su misericordia», concluyó el P. Chwalek. «Él no quiere que las personas queden atrapadas en su propia ruptura».
Con información de The Catholic Register.
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