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Jerusalén (Miércoles, 03-06-2015, Gaudium Press) El mes de mayo, dedicado tradicionalmente a la veneración de la Santísima Virgen, tuvo en Tierra Santa una clausura devota marcada por las procesiones, el rezo del Santo Rosario y los cantos marianos. El Patriarcado Latino de Jerusalén hizo un resumen de las principales actividades en honor a la Madre de Dios en la tierra en la cual vivió y dio a luz al Salvador.
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| La imagen de la Santísima Virgen es llevada por las calles de la Ciudad Antgua de Jerusalén. Foto: Patriarcado Latino de Jerusalén. |
En Jerusalén, el Patriarca Latino, Mons. Fouad Twal, presidió una Eucaristía en la iglesia de San Salvador en la cual recordó cómo las dos recientes Santas de Tierra Santa, Sta. Myriam Bawardi y Sta. Marie-Alphonsine Ghattas, siguieron el ejemplo de la Santísima Virgen María. Un grupo de jóvenes exploradoras llevaron sobre sus hombros una imagen de la Madre de Dios en una procesión por las calles de la Ciudad Antigua después de la Misa, a la que se sumaron aún más fieles que se unieron a las oraciones y cantos. Los fieles visitaron la Co-Catedral del Patriarcado en la Escuela de los Hermanos y culminaron su recorrido en el Patio de la Custodia. Las mujeres presentes llevaron como recuerdo las flores que adornaron el anda de la Santísima Virgen.
Por su parte, las comunidades católicas de inmigrantes en Tel Aviv realizaron sus propios actos de piedad en honor de la Virgen María. La comunidad proveniente de Sri Lanka celebró una Eucaristía especial en el Centro Pastoral «Notre-Dame-femme-vaillante» acompañada de una procesión mariana por los jardines de la institución. Los católicos filipinos se dieron cita en el Parque Levinski para realizar una procesión liderada por los niños que hicieron su Primera Comunión en la fiesta de Pentecostés. Las mujeres usaron trajes tradicionales y portaron imágenes de las diferentes advocaciones marianas veneradas en Filipinas.
En Nazareth, ciudad donde vivieron la Santísima Virgen y la Sagrada Familia, todo el mes de mayo fue de gran celebración. En cada sábado se llevó a cabo una procesión de antorchas en las inmediaciones de la Basílica de la Anunciación y el domingo 31 de mayo se llevó a cabo otra adicional, que ingresó a la Basílica por la parte superior y que bajó hasta quedar a los pies de la Gruta de la Anunciación. Mientras se cantaba y oraba en honor de la Santísima Virgen, los niños arrojaban pétalos de flores a la Madre de Dios.
Con información de Patriarcado Latino de Jerusalén.
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