Milan (Jueves, 04-2015, Gaudium Press) La idea fue de David Rampello y del chef Massimo Bottura. Se trataba de recuperar y que grandes chefs nobilitasen comida que corría el riesgo de ser no utilizada, por ejemplo comida de la Expo Milán 2015. Y a este proyecto se juntaron nombre muy conocidos en el mundo culinario y también del arte y del diseño como Antonio Citterio, Mimmo Paladino, Aldo Cibic, Matteo Thun.
Se pensaba, y así se hizo, que el Teatro di Greco (un teatro parroquial) convertido en el Refectorio Ambrosiano fuese el lugar para que personas necesitadas se sumerjan en la belleza, en la línea de lo expresado por el Cardenal Angelo Scuola, Arzobispo de Milán:
La iniciativa «nació del deseo de dar esperanza a la ciudad, ya que esta es su comida. Expo [Milán 2015] es una gran oportunidad para poner en marcha una fuerte esperanza para la Milán del futuro (…). Deseo, pues, que el refectorio sea un un dar alimento en el sentido bello, bueno, pleno, capaz de responder al deseo, pero el deseo de lo humano es -en última instancia- el deseo de lo infinito», señaló el purpurado.
Cada noche el Refectorio Ambrosiano dará 90 comidas a otros tantos comensales. Estos serán enviados por la Agencia Cáritas de Milán, personas incluidas en un camino de recuperación de la autonomía.
«La idea que se me ocurrió fue la de hacer algo absolutamente permanente, que permanezca en la ciudad; dotar a la ciudad con un lugar que la represente en todos los sentidos -declara Davide Rampello. Trabajadora, creativa, proyectual: la ciudad de la generosidad. Entonces llamé al Politécnico que hizo todo el proyecto de renovación; llamé a los diseñadores más importantes, para dar a todos la idea de una mesa: doce mesas, cada una diferente, cada una con sus motivaciones. Y todo lo que se ha hecho es la obra de generosidad: los diseñadores, los artistas». Las grandes marcas apoyaron la reestructuración del Teatro Greco, hoy el Refectorio Ambrosiano, lugar donde la carencia se une a la generosidad y la belleza.
Con información de Radio Vaticano
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