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Kampala (Sábado, 06-06-2015, Gaudium Press) Más de dos millones de católicos se reunieron el pasado 03 de junio en Kampala, Uganda, para la celebración de la fiesta de los Mártires ugandeses, asesinados por órdenes del rey Kabaka Mwanga II a finales del siglo XIX. La Eucaristía convocó a Arzobispos, Obispos y numerosos sacerdotes, quienes recordaron el heroico testimonio de los creyentes, quienes había abrazado la fe cristiana poco antes de su muerte.
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| La Iglesia Católica se manifestó en plenitud en Uganda para celebrar la memoria de sus mártires. Fotos: Word On Fire y Lindah Nabusayi. |
La notable procesión de los prelados y sacerdotes dio inicio a la multitudinaria celebración acompañada por cantos en lenguas Langi, Acholi, Luganda, e Inglés. Durante la homilía, el Obispo de Lira, Mons. Joseph Franzelli, quien presidió la liturgia, indicó cómo el testimonio de los mártires demuestra el seguimiento a Dios por encima del seguimiento a los hombres. «Enfrentamos dos evangelios diferentes: el de Jesús y el del mundo. ¿En cuál creemos? Tenemos que elegir, porque no se puede servir a dos señores», exhortó el prelado.
Mons. Franzelli invitó a los peregrinos a llevar el testimonio cristiano a todos los aspectos de su vida, en las familias, lugares de trabajo, escuelas oficinas y también en las instituciones públicas. El Nuncio Apostólico, Mons. Michael August Blume, hizo eco de este llamado: «todo testimonio cristiano auténtico es martirio, porque pagamos un precio, un morir a nosotros mismos para dejar que Cristo sea visible en nuestra humanidad».
El Presidente de Uganda, presente en la celebración, destacó a su vez el empeño de los peregrinos que caminaron largas distancias para poder conmemorar esta fiesta, incluso en medio de la noche. Entre los presentes se encontraban numerosos peregrinos de Kenia, Ruanda, Tanzania, Suráfrica, Congo, Malawi, Burundi, Angola, Nigeria, Mauritius, y Mali, así como delegaciones de otros continentes.
Los 22 mártires que conmemora la Iglesia cada 03 de junio dieron su vida entre 1885 y 1887 y fueron beatificados por Benedicto XV en 1920 y canonizados por Pablo VI el 18 de octubre de 1964.
Con información de Asociación de Miembros de las Conferencias Episcopales en el Este de África.
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