Toledo (Sábado, 06-06-2015, Gaudium Press) La Solemnidad del Corpus Christi, celebrada en España el pasado jueves 04 de junio, es para la Arquidiócesis de Toledo «la fiesta de mayor esplendor» y se celebró con magnificencia en la Eucaristía en rito hispano-mozárabe y la Procesión Eucarística por las calles de la histórica ciudad. «Hemos recibido una tradición del Señor que nosotros, a la vez, hemos de transmitir, expresó en su Homilía el Arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez, quien recordó cómo la Eucaristía fue instituida directamente por Jesucristo como forma de profunda y plena entrega a su Iglesia.
Mons. Braulio Rodríguez, Arzobispo de Toledo, recordó la invaluable importancia de la Eucaristía y el gran significado del rito hispano-mozárabe para la Iglesia. Foto: Emiliano García-Page. |
«La explicación de nuestros Padres, desde el inicio de la Iglesia nos dice que todos los que participamos de la carne sagrada de Cristo alcanzamos la unión corporal con Él, aprendiendo así a ofrecernos a nosotros mismos», explicó el prelado. «En otras palabras: participando en la santísima Eucaristía, nutriéndonos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, somos hechos un cuerpo con Él y entre nosotros».
La monumental Custodia de Toledo es empleada para la Procesión de Corpus Christi desde 1594. Foto: La Estación. |
Mons. Rodríguez se refirió a cómo para la Iglesia en Toledo la tradición venida de Cristo toma la forma de un antiguo y valorado rito. «Nuestra expresión litúrgica es la hispano-mozárabe, una Tradición que ha cristalizado en nuestra patria desde antiguo y, que los avatares de la historia no han podido sofocar, de modo que la Eucaristía que nos dejó el Señor es una hermosa realidad con la que hoy festejamos en el venerable Rito la fiesta del Corpus et sanguinis Christi», recordó el Arzobispo. «Pero no estamos haciendo ni arqueología litúrgica ni espectáculo religioso cultural; tampoco un lujo toledano en damasquino, tan hermoso y valioso arte, por otro lado. Se nos ha invitado a encontrar la vida y a obtener el favor del Señor».
El prelado recordó a los fieles que la Eucaristía es la fuente de la unidad de la Iglesia, y lamentó que el alejamiento de este Sacramento traiga la división y la injusticia en pueblos creyentes. «Siento en mi interior que, si para nosotros, la carne de Cristo fuera verdadera comida y su sangre verdadera bebida, no nos alejaríamos tanto de la Eucaristía del domingo, de modo que al no comer ni beber su sangre, ya no tenemos vida pujante en nosotros».
Dejar de lado a Cristo mismo se traduce en olvidarse también de los miembros más dolientes de su Cuerpo místico, y en fallar a los requerimientos del amor cristiano. Mons. Rodríguez exhortó a regresar a la Eucaristía y prepararse adecuadamente para recibirla, de manera que todos puedan participar de las alabanzas contenidas en la Liturgia: «Tú te quedas con nosotros bajo la apariencia del pan con que robusteces los corazones, de manera que por la fuerza de este pan, durante los días dedicados a tu nombre, podamos ayunar sin impedimento del cuerpo y de la sangre, teniéndote a ti mismo como pan, porque sacias a los pobres con pan celestial».
Con información de Archidiócesis de Toledo.
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