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Ciudad del Vaticano (Martes, 16-06-2015, Gaudium Press) En su primera actividad de la Semana, el Papa Francisco celebró Misa ayer en la Capilla de la Casa Santa Marta, en el Vaticano.
Su homilía fue una advertencia a propósito de las «pasiones» y los «ruidos mundanos» que pueden afligir el corazón. Las palabras de la reflexión del Papa fueron inspiradas en las lecturas de la liturgia de hoy.
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| Foto: L’Osservatore Romano |
De la carta de San Pablo, fue resaltada la invitación de «no acoger en vano la gracia de Dios» que se manifiesta en el «ahora», según el Apóstol. Eso quiere decir, dijo el Pontífice, que «en cada tiempo el Señor nos da la gracia», el «don que es gratuito».
Corazón preparado: sin «ruido del diablo», sin escándalo
Según Francisco, el cristiano debe estar consciente y con el corazón preparado para acoger aquel don, manteniendo el corazón alejado, libre del «ruido mundano», que, resaltó Francisco, es también el «ruido del diablo».
Acoger este don, dijo el Papa, tomando cuidado, de no ser motivo de escándalo para nadie:
«Es el escándalo del cristiano que se dice cristiano, que va a la iglesia, va a la misa los domingos, pero vive no como cristiano, sino como mundano o pagano. Y cuando una persona es así, provoca escándalo. Cuantas veces oímos en nuestros barrios, en las tiendas: ‘Mira aquel o aquella, todos los domingos en la misa y después hace eso, eso y eso…’. Y las personas se escandalizan. Esto es lo que Pablo dice: ‘No acoger en vano’ «.
Y Francisco preguntó: «¿cómo debemos hacer este acogimiento?» Y él mismo respondió en seguida que, antes que nada, es el «momento favorable, dice. Nosotros debemos estar atentos para entender el tiempo de Dios, cuando Dios pasa por nuestro corazón».
El Cristiano precisa tener un corazón libre de pasiones para poder alcanzar el umbral de esta atención, colocándose en la condición de proteger el corazón, «distanciando todo ruido que no viene del Señor, alejando las cosas que nos sacan la paz», afirmó el Papa, que además continuó enseñando que tener un corazón libre de pasiones, aquellas que en el Evangelio Jesús las resume en el «ojo por ojo» e invierte la perspectiva para el «ofrecer el otro lado del rostro» y caminar dos kilómetros con quien te obligó a caminar uno:
«Ser libre de pasiones y tener un corazón humilde, un corazón manso. El corazón es protegido por la humildad, por la mansedumbre, nunca por las luchas y guerras. ¡No! Este es un ruido: ruido mundano, ruido pagano o ruido del diablo. ¡El corazón en paz! ‘Evitamos dar cualquier motivo de escándalo para que nuestro ministerio no sea criticado’, dijo Pablo, pero al contrario, hablemmos del ministerio y del testimonio cristiano para que no sea criticado. «
Donde preservar el corazón
Preservar el corazón para ser siempre de Dios, como dice San Pablo, «en las tribulaciones, las necesidades, las angustias, los azotes, las prisiones, los tumultos, las fatigas, las vigilias y ayunos»:
«¿Pero esas cosas son feas y yo debo custodiar mi corazón para acoger la gratuidad y el don de Dios? ¡Sí! ¿Y cómo hago eso? Continua Pablo: Con la pureza, sabiduría, magnanimidad, benevolencia y espíritu de santidad. La humildad, la benevolencia y la paciencia que mira solamente Dios y tiene el corazón abierto al Señor que pasa». (JSG)
De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Radio Vaticana
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