Omaha (Miércoles, 24-06-2015, Gaudium Press) Con una Eucaristía solemne y un acto oficial para empacar y sellar más de 4600 folios de documentos sobre la vida del Siervo de Dios P. Edward Flanagan, fundador del Boys Town en 1917, concluyó la fase diocesana de su proceso de beatificación. Los datos serán ahora enviados a la Congregación para la Causa de los Santos para ser analizados y determinar si el sacerdote puede continuar su camino a los altares.
Siervo de Dios Edward Flanagan. Foto: Boys Town. |
Mons. George J. Lucas, Arzobispo de Omaha, presidió la Eucaristía e hizo un reconocimiento de la intensa labor investigativa sobre la vida del presbítero, cuyo resultado no puede ser comentado por el prelado en este estado del proceso. «Estamos tratando de descubrir lo que Dios ha hecho en este devoto sacerdote, que permitió a Dios usarlo como instrumento». Sin embargo, afirmó con humor a los más de 800 presentes que «no nos tomaríamos todo este trabajo si no fuera algo muy bueno».
Entre los celebrantes se encontraba el Obispo de Elphin, Irlanda (donde nació el sacerdote en 1886), Mons. Kevin Doran, y el P. Patrick O’Toole de la parroquia en la cual creció en la ciudad de Ballymoe. El P. Flanagan emigró a Estados Unidos en 1904, donde comenzó su preparación al sacerdocio que culminaría en Europa, siendo ordenado en 1912. Desarrolló su apostolado en Estados unidos, dedicado sobre todo a la pastoral de niños y jóvenes abandonados y con problemas de delincuencia. Para ellos fundó el Boys Town (Ciudad de los Muchachos), un hogar para infantes, en 1917.
El P. Flanagan insistía en la necesidad de dar un ambiente adecuado a la formación de los pequeños, ya que «no existe en realidad, un solo muchacho auténticamente malo», frase que lo identificaría. La educación católica fomentó en los menores un sentido de responsabilidad y el Siervo de Dios permitió que los muchachos asumieran roles de liderazgo al interior de la institución. Los resultados de la obra se hicieron evidentes y reconocidos internacionalmente, obteniendo para el P. Flanagan el honor de ser declarado Monseñor por el Papa Pío XI en 1937. También se le pidió asesoría en el trabajo con los huérfanos y víctimas de la Segunda Guerra Mundial. Durante este trabajo falleció en Alemania en 1948 a causa de un ataque cardíaco.
El proceso de beatificación del P. Flanagan fue abierto por la Arquidiócesis de Omaha el 25 de febrero de 2012. Al haber culminado la fase diocesana, la Santa Sede deberá determinar si el sacerdote merece el reconocimiento de las virtudes cristianas en grado heroico, lo que lo haría Venerable, y posteriormente si existe un milagro que permita su beatificación.
Con información de Catholic News Service.
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