Talca (Martes, 30-06-2015, Gaudium Press) En compañía de sus hermanos sacerdotes, familiares y amigos de comunidad, Jaime Echeverría Álvarez recibió el sacramento del orden sacerdotal durante una solemne eucaristía que se efectuó en el templo Catedral durante la mañana del lunes 29 de junio. La celebración fue presidida por el Obispo Diocesano, monseñor Horacio Valenzuela, quien impartió el orden del presbiterado al nuevo sacerdote.
En su homilía, monseñor Valenzuela destacó que «esta ordenación es una nueva demostración del amor de Dios, nuestro Padre, por nuestra Iglesia de Talca. Dios en su bondad cuida que nunca le falte a su pueblo la luz de su Palabra, el alimento de la Eucaristía y la medicina del perdón».
«Hoy con el signo litúrgico de la imposición de las manos, el Señor, por medio de su Espíritu, se comprometerá a cubrirte con su ternura. Él quiere hacer de ti un refugio de acogida y consuelo, especialmente para su pueblo más desvalido, enfermo y solo», agregó.
Comentando el Evangelio, el prelado dijo a los asistentes: «Si fijamos la atención en la vida y en las palabras de Pedro y Pablo veremos dos hilos de oro, dos convicciones claras y firmes que sostuvieron sus existencias. El primero es la certeza de ser amados, elegidos y salvados por Dios sin mérito alguno, por gracia; el segundo es un amor maduro, una amistad profunda con Cristo. Ambos hilos son inseparables como es inseparable el ser amado y el amar».
Finalmente, dirigiéndose al nuevo sacerdote manifestó: «Querido Jaime, para que al igual que Pedro y Pablo pelees hasta el fin el buen combate, concluyas tu carrera y conserves la fe, pide la gracia de reconocerte débil de ti mismo para que viva en ti la fuerza de Cristo (…) haz de tu vida una Eucaristía permanente; una escuela de confianza en la obra de Dios».
Por su parte, el recién ordenado padre Jaime tuvo sentidas palabras de agradecimiento a Dios por este hermoso regalo que es la vocación sacerdotal. «Me ha llamado para entregarle toda la vida a Él. Gracias al obispo por la confianza depositada en mí, también a mis hermanos sacerdotes», expresó.
Y agregó: «Quiero invitar a los jóvenes que están en esta Misa a que puedan responder a Jesús con un sí generoso, para ser apóstoles y sacerdotes de Él y de la Iglesia. Además, pido que sigan rezando por mí para ser fiel a este ministerio que el Señor me ha dado».
Con información de la oficina de comunicaciones del Obispado de Talca
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