Kansas City (Sábado, 04-07-2015, Gaudium Press) El informativo estadounidense National Catholic Register difundió el testimonio de Peter T. Nguyen, un fiel católico vietnamita quien se vio forzado a huir de su país para proteger la fe cristiana de su familia en 1975. Hoy, cuarenta años después, invita a los estadounidenses a valorar y defender la libertad religiosa que le permitió comenzar una nueva vida.
Peter Nguyen y su familia, un año antes de verse obligados a dejar su país. Foto: Peter Nguyen. |
«Miren ahora, hijos míos, a la ciudad de Saigón por última vez», dijo Nguyen a su familia entonces, cuando ya habían abordado un barco con destino a Estados Unidos. «Nos vamos muy lejos y por un tiempo muy largo. Puede que no tengamos oportunidad de volver aquí». Esa última afirmación continúa siendo cierta, cuarenta años después de haber sido pronunciada. Miembro de una familia católica por varias generaciones, la fe era algo que Nguyen no estaba dispuesto a entregar.
Dejarlo todo, conservar la fe
Estas dificultades no eran extrañas para los creyentes del país: «En los dos últimos siglos, la Iglesia en Vietnam ha sufrido grandemente, primero bajo la dinastías reales, como la dinastía Nguyen, y ahora bajo el régimen comunista». Peter Nguyen recibió a pesar del ambiente una sólida educación católica que incluyó un paso por el Seminario menor, tras el cual discernió su vocación al matrimonio y se casó con una joven católica miembro de un coro parroquial en Saigón. «Mary y yo cumplimos nuestro aniversario número 50 este año», relató.
«En los primeros años de nuestro matrimonio, vivimos con la creciente preocupación de perder nuestra libertad religiosa, a medida que las fuerzas comunistas empujaban hacia el sur desde el norte de Vietnam», recordó Nguyem. «Cuando Vietnam del Sur comenzó a caer antes las fuerzas comunistas en abril de 1975, mi esposa y yo tomamos la difícil decisión de dejar nuestra amada tierra en busca de un lugar donde pudiéramos vivir nuestra fe católica en libertad y transmitirla a nuestros hijos».
El último día en Vietnam fue compartido por muchos coterráneos que abordaron barcos a otros países mientras resonaban en el ambiente los disparos y se producía el avance de las tropas sobre la ciudad. En una parada en Guam, la familia Nguyen asistió a la primera Eucaristía fuera de su patria, en la base estadounidense. Antes de comulgar, «mi esposa y yo lloramos, agradeciendo a Dios por preservarnos, a nuestros hijos y a nuestra más valorada libertad».
Las pruebas que esperaban a los católicos de Vietnam eran notables y se extienden aún a la actualidad: «Mientras escribo, las actividades religiosas son sujetas a censura y supresión», explicó Nguyen. «los grupos de oración en las casas y las expresiones públicas de la fe son monitoreadas y prohibidas». Si bien la nación registra avances, aún se padecen limitaciones severas, en especial en áreas rurales.
La familia Nguyen agradece la oportunidad de vivir abiertamente su fe. «Saboreamos la libertad de asistir a la Eucaristía diariamente, vivir el año litúrgico y educar a nuestros hijos en la fe católica», expresó el seglar. «Que siempre estemos juntos preservemos este máximo regalo de la libertad religiosa».
Con información de National Catholic Register.
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