Lima (Lunes, 06-07-2015, Gaudium Press) En su homilía de ayer en la Basílica Catedral limeña, el Arzobispo de Lima, como todos los años en esta fecha, ofreció la Celebración Eucarística por el Día de Maestro y recordó que el trabajo del maestro es sumamente importante para la sociedad.
«La tarea que desempeña el maestro es, para toda la Iglesia, sumamente importante. Enseñar, como dice el Papa Francisco, es un trabajo bellísimo. Enseñar es un compromiso serio que necesita que el maestro tenga una personalidad madura y equilibrada», expresó.
El purpurado limeño trató sobre el aporte de la Iglesia local en la labor educativa.
Foto: Arzobispado de Lima |
«En el Arzobispado de Lima hemos creado la Asociación de Instituciones Educativas Católicas (AIEC), la cual reúne aquellos colegios parroquiales que hoy se encuentran aquí presentes. Es muy importante hacer ver que esa tarea, importante también para el Estado, la Iglesia la contempla con especial cariño. Por eso, tenemos una oficina especialmente dedicada a la educación católica y tenemos una programación de apoyo», dijo.
El Cardenal Juan Luis también señaló que la función de un maestro no es solo transmitir conocimientos técnicos; sino, generar en sus alumnos mejores relaciones humanas.
«Los estudiantes esperan del profesor: un maestro, un guía, una orientación, una respuesta y más aún buenas preguntas. Por eso, el tiempo que hoy pasan los jóvenes en la escuela y la universidad generan relaciones humanas y esas relaciones humanas deben tener claramente las señales de bondad, acogida y de amarse unos a los otros. Los maestros deben crear ese ambiente, ese vínculo. Los alumnos siempre recuerdan con agrado a los profesores que fueron para ellos más que un simple transmisor de conocimientos y es ahí donde debemos poner empeño. En estos tiempos en que hay que enseñar humanidad», mencionó.
Exhortó a los maestros presentes a ser testimonio de amor y confianza y los invitó a ser ejemplos de vida cristiana.
«Los maestros deben ser capaces de dar un sentido a la escuela. No solamente transfiriendo conocimientos técnicos; sino, construyendo una relación de amistad con los alumnos y entre profesores. La AIEC pretende ser un referente en donde junto a una enseñanza de excelencia se transmita los valores de la vida cristiana y costumbres sanas para progresar en la sociedad. Los sacerdotes, capellanes, profesores, todos; debemos esforzarnos para que crean en lo que decimos, tenemos que ser testigos», refirió.
Por último, agradeció a los maestros su labor y les recordó que para los alumnos la escuela es como un segundo hogar; por lo tanto, deben poner empeño en ofrecer un ambiente de acogida.
«A todos los maestros del Perú, de Lima y la AIEC, infundan esa pasión, ese entusiasmo por enseñar con amor, por sembrar la semilla de la fe y por incorporar a la sociedad mejores ciudadanos. Ahí está el núcleo que el Perú necesita para ir adelante. Educación en valores cristianos es lo que la mayoría de nuestro pueblo quiere. Agradezco con aprecio y cariño a todos los maestros y a todos los que están comprometidos con este apostolado. Para todos los alumnos, los profesores e incluso los padres de familia, en la escuela o en la universidad deben encontrar su segundo hogar. Y eso será en la medida que todos pongamos de nuestra parte: cariño, paciencia y alegría», culminó.
Con información de la Oficina de Comunicaciones del Arzobispado de Lima
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