Sídney (jueves, 16-07-2015, Gaudium Press) El Arzobispo de Sídney, Australia, Mons. Anthony Fisher, celebró la Eucaristía anual por el Matrimonio en la cual renuevan sus votos las parejas casadas el pasado 12 de julio, y aprovechó la ocasión para animar a los matrimonios a dar testimonio a través de su vida, en contradicción a las presiones que buscar imponer visiones distintas de la familia a los creyentes.
Mons. Anthony Fisher, Arzobispo de Sídney, Australia, junto a las parejas que celebran más de 50 años de matrimonio. Foto: St Mary’s Cathedral, Sydney. |
«Hay voces en nuestra cultura que no creen más que el matrimonio deba ser para toda la vida, o estar abierto a los hijos, o ser exclusivo, o ser entre un marido y una mujer» alertó el prelado, según informó Catholic News Service. Mons. Fisher indicó a las parejas, 30 de las cuales celebran más de 50 años de matrimonio, que su vida familiar «da testimonio del entendimiento cristiano de la persona humana y la sociedad, de nuestra misión dada por Dios de amar no sólo con un amor egoísta, romántico, con forma de corazón del Día de San Valentín, sino con un amor de entrega, redención, con forma de Cruz del Día de la Pascua».
El prelado alertó a los matrimonios que su vida familiar los coloca en una «posición incómoda» ante las presiones de la sociedad y antes desean silenciar «cualquier alternativa a la posición políticamente correcta en esta materia» y advirtió que la presión llega al punto de intentar «forzarnos a aceptar la deconstrucción y redefinición de una institución fundamental y relegar las cuestiones sobre lo qué es y para lo que es matrimonio como algo secundario frente a una ‘igualdad’ homogeneizante».
Mons. Fisher explicó que el Sacramento del Matrimonio tal como lo entendieron las parejas presentes en la Eucaristía el día de sus bodas significa «una unión corporal, psicológica y espiritual entre un hombre y una mujer que desde ese momento se hace una sola carne y fundan una familia». El Arzobispo agregó que estas parejas unidas por Dios no se hacen simplemente «compañeros» y que su testimonio «es un signo profético hoy, un signo de contradicción, porque algunos desean reducir el matrimonio a nada más que una declaración pública de un vínculo físico – emocional entre dos personas».
Con información de Catholic News Service.
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