Laval (Martes, 21-07-2015, Gaudium Press) «La vida humana es un don de Dios, a cuyo servicio están los médicos», recordó Mons. Thierry Scherrer, con motivo de una reciente sentencia de la Corte Europea de Derechos que permitiría la suspensión de los cuidados del paciente Vincent Lambert, quien padece una grave discapacidad que lo hacen depender de equipos para su alimentación e hidratación. En este emblemático caso el equipo médico es quien decidió suspender la atención del paciente en contra de la voluntad de su familia, que ha recurrido sin éxito a todos los estamentos legales para evitar la muerte del paciente.
Mons. Thierry Scherrer, Obispo de Laval, Francia. Foto: Diócesis de Laval. |
Ante la derrota de la familia Lambert en los tribunales y la posibilidad de la ejecución de un programa de «desconección» del paciente – que lo llevaría a la muerte por inanición y deshidratación», Mons. Scherrer y los miembros de la Comisión de Bioética de la Diócesis de Laval hicieron un llamado urgente a los profesionales de la salud con el fin de pedirles el respeto a la vida de Lambert.
«Cada persona tiene la misma dignidad, cualquiera que sea su condición o estado de salud. Este reconocimiento es la base de nuestro tejido social», recordó el Obispo a los médicos. «La alimentación y la hidratación busca satisfacer las necesidades básicas comunes a todas las personas, enfermos o no, y por lo tanto no pueden ser considerados como tratamientos», indicó como segundo punto. «La atención a que está en una posición de debilidad es el principio de toda actitud ética», destacó como tercer principio de su comunicado.
En una segunda dimensión abordada por el prelado, «los cristianos no pueden permanecer en silencio» ante una situación de esta naturaleza, por cuanto pide que se respete la voluntad de los familiares de Vincent Lambert, incluyendo a su esposa y sus padres, y se continúe alimentando e hidratando al paciente, recordando que nadie puede matar inocentes deliberadamente, incluso por omisión, y que el orden legal debe estar al servicio de la vida.
«La vida humana es un don de Dios, a cuyo servicio están los médicos. La ‘omnipotencia’ que nos da la tecnología debe reconocer esta frontera», expuso el Obispo. «Como Cristo, la Iglesia no busca condenar a la gente sino a predicar la misericordia de Dios. Sólo Dios juzga a las personas, y sólo Él da vida y se la lleva». El prelado llamó también la atención sobre las numerosas personas que podrían estar en riesgo de perder la vida por encontrarse en situaciones similares a las de Vincent Lambert. «La vida es un precioso y eminente bien y la actitud que la sociedad adopta hacia ella nos concierne a todos. Juntos, ¡seamos la defensa incansable de la vida!», concluyó.
Con información de Diócesis de Laval.
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