Lima (Lunes, 27-07-2015, Gaudium Press) En su reflexión sabatina en el programa radial Diálogo de Fe, el Cardenal Juan Luis Cipriani distinguió entre la felicidad que ofrece el mundo y la felicidad proveniente de Dios.
«Cuando uno fabrica la felicidad a su manera, la felicidad puede estar a veces en el licor o en la violencia. Pero Jesús ha venido a esta tierra para compartir su felicidad, su bondad y su calor», indicó.
El purpurado radicó como base de una profunda amistad, que debe permear todas las relaciones sociales, a la fe. «¿En qué está la amistad?, ¿cómo puedo yo aprender a querer y a saber comprender?, a saber sacrificar por las personas que queremos, a hacer favores. Toda esta verdadera amistad tiene un punto de partida y ese es el tesoro de la fe. Lo primero que debemos compartir es la fe».
Las virtudes deben ser practicadas, entrenadas como quien entrena un deporte. Por ejemplo la de la generosidad, que nos aleja del egoísmo: «Creo que como en el deporte todo es a base de entrenamiento. Las virtudes uno las va logrando repitiéndolas. Primero es difícil, luego el cuerpo se acostumbra. Esa costumbre no es solo una especie de entrenamiento ciego. Intencionalmente yo quiero ser mejor. En las virtudes te ilusiona hacer feliz a tu esposa, a tus hijos, a los demás. Aunque te duela busca la virtud de la generosidad. Por eso, a veces encontramos esa dificultad. Hay mucho egoísmo. Yo quiero ganar esa vida eterna a través de este entrenamiento a lo largo de la vida (terrenal)», expresó.
Finalmente el purpurado invitó a no abandonar la visión cristiana del sufrimiento: «Saber llevar el sufrimiento con alegría es la gran conquista que Cristo le quita al demonio pero parece que en estos tiempos el demonio quiere recuperarla. No caigamos en la cultura del descarte en lo que todo lo que es sacrificio es malo. En estas Fiestas Patrias me viene a la mente en que tengamos una familia unida, serenidad y paz. Busquemos un país más sereno. No todo es política y economía, mucho más hay de fe y amor», culminó.
Con información de la Oficina de Comunicaciones del Arzobispado de Lima
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