Redacción (Martes, 28-07-2015, Gaudium Press) Son gemelas idénticas, tienen 93 años y además de ser hermanas de sangre, también son hermanas de comunidad. Son Canice y Canisius Lastrapers, religiosas de la Congregación de la Sagrada Familia de Luisiana, Estados Unidos, quienes este 2015 también celebran sus 75 años de vida religiosa.
Originarias de Arnaudville, las dos hermanas y religiosas crecieron en Opelousas, siendo las menores de una familia de 12 hijos. Su vida estuvo influenciada por el testimonio de las monjas, ya que toda su educación -desde pre-escolar hasta secundaria- fue con religiosas, por lo que no es de extrañar que ambas optaran por la vida consagrada.
«Tuvimos monjas en nuestras vidas a lo largo del camino (…) Ellas siempre fueron muy agradables, por lo que fue natural, supongo, que quisiéramos ser como ellas», comentó la hermana Canice al diario ‘The New Orleans Advocate’.
Las hermanas Canice y Canisius Lastrapers celebran este 2015 sus 75 años como religiosas / Foto: John McCusker – The New Orleans Advocate. |
Las dos realizaron sus votos definitivos como hermanas de la Sagrada Familia en 1940, pero con solo dos meses de diferencia: Sor Canice en septiembre, y Sor Canisius en noviembre. Ambas en la casa matriz de la Congregación en Nueva Orleans.
Tal como dijo la hermana Canice al medio estadounidense, «la única queja que tengo, es que ha sido muy rápido», pero «eso es lo que sucede cuando amas lo que haces. Me han parecido como 75 días. Cuando tu no quieres lo que haces, el tiempo parece que no se mueve en absoluto».
Gran parte de su vida como religiosas la dedicaron a la educación y a trabajar con los más necesitados. «Enseñé sobre todo química y me encargue de cuidar bebés», comentó Sor Canice. Una labor que también realizó, aunque por separado, su hermana ya que vivió en otra casa de su comunidad. «Permanecimos en contacto una de la otra la mayor parte del tiempo», aseguró Sor Canisius.
Pero al llegar el momento de su retiro, las gemelas se reencontraron en la casa matriz de su Congregación, y a finales de diciembre del año pasado, se mudaron a la casa de religiosas mayores, donde viven junto con otras hermanas de su comunidad y continúan ayudando con las actividades que allí se realizan, ya que -como aseguran- «la claves es permanecer activas».
Con todo el camino recorrido, y la vitalidad que aún muestran las hermanas, ellas se han convertido en inspiración para muchos, pero en especial para Jude Lastrapes, un sobrino nieto de ambas, quien aseguró que «todo lo que tienes que hacer es mirarlas y verás mucho amor y energía. Es como si hubieran nacido para ser monjas».
Un ejemplo de vida que también ha inspirado a varias de las religiosas de la Sagrada Familia, como la hermana Rosalind, quienes «me influenciaron a seguir sus caminos hace mucho, mucho tiempo».
Con información de Religión en Libertad y The New Orleans Advocate.
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