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Río de Janeiro (Miércoles, 29-07-2015, Gaudium Press) En Río de Janeiro, en la 13ª edición de «Jóvenes Orantes de Leopoldina» (JOLEO), el Cardenal Arzobispo Mons. Orani João Tempesta presidió, en este domingo, 26 de julio, la Santa Misa que reunió a los jóvenes de todos los vicariatos territoriales arquidiocesanos, en el Instituto Pío XI, en Ramos, localizado en la Zona Norte de la ciudad.
«Es con mucha alegría que este año estamos, en este JOLEO, celebrando los dos años de la JMJ Río 2013. Y como dice un trecho del himno de la Jornada: ‘Juventud, primavera: esperanza del amanecer…’ Así también nosotros debemos ser señales de esperanza», declaró el vicario episcopal del Vicariato Leopoldina, Padre Alex Siqueira.
«Que salgamos de aquí hoy queriendo ser comunicadores de la esperanza, que podamos alimentar la esperanza en otros jóvenes, en otras personas, y que en la misión que estamos haciendo tengamos la oportunidad de golpear puerta a puerta para que las personas encuentren en nosotros aquello que ellas tanto desean… Nuestro Señor Jesucristo. Que podamos salir de aquí con el deseo de compartir la fe siendo testigos de la esperanza», continuó.
Luego, el Cardenal Tempesta inició su homilía. Inspirado en el tema de este año, «Juventud en misión en la caridad y la alegría de servir», así como en el Evangelio del día (Juan 6,1-15), exhortó a los jóvenes sobre la importancia de salir en misión, llevando a todos el mensaje de Jesucristo.
Según Mons. Orani, la temática del encuentro «es también una oportunidad de mirar las consecuencias de la Jornada Mundial de la Juventud aquí en Río y percibir la alegría de los jóvenes en el compromiso de ser discípulos misioneros».
«Y en este año de la esperanza y misionero, queremos recordar que existe una multitud de personas queriendo encontrarse con Jesucristo hasta incluso sin saber, conocer o entender bien… Y yo digo que existen millones de jóvenes que quieren escuchar las palabras del Señor».
Todavía conforme el purpurado, de la misma forma que Jesucristo, «verdadera vida, somos capaces de evangelizar mucho más», una vez que millares de jóvenes necesitan de una presencia próxima.
«Jóvenes evangelizando jóvenes, anunciando la alegría y al mismo tiempo dando atención a las cuestiones de la juventud en los días actuales. Lo poco que nosotros somos y tenemos, en las manos de Jesús se multiplica», completó.
Además, el Cardenal no dejó de orientar a la juventud a fin de que vivan en unidad y comunión, siempre en busca de la construcción de un mundo más justo y fraterno.
El Arzobispo de Río de Janeiro resaltó que «la misión cristiana es también comprometerse con el otro, con lo social, con las injusticias… La misión busca, en el compromiso con el otro, hacer surgir una nueva cultura del encuentro, de la fraternidad y de la paz, pasando sobre las culturas malas que consecuentemente son contagiadas por el bien».
«Los jóvenes son llamados por donde pasan a ser aquellos que, a través de la vida, la palabra, de actitudes organizadas, como comunidades, ven esa hambre y sed de otros jóvenes, sienten su pequeñez, pero se colocan en las manos del Señor para anunciar a Jesucristo y comprometerse con el otro. Solos no conseguimos, precisamos de la gracia de Dios».
Finalizando, recordó que a lo largo de estas celebraciones de dos años de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro, en 2013, «todos los jóvenes son enviados en misión, juntamente con toda la arquidiócesis, para, en el Año de la Esperanza, crear esta nueva cultura del encuentro, de compartir, de la caridad». (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Río de Janeiro
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