Río de Janeiro (Jueves, 06-08-2015, Gaudium Press) En la mañana del último martes 04, el Cardenal Orani João Tempesta, Arzobispo de Río de Janeiro, presidió una Santa Misa en memoria de San Juan María Vianney, el Cura d’Ars.
La Misa ocurrió en la Iglesia de San Pedro, en Río Comprido, y fue concelebrada por los Obispos auxiliares y sacerdotes de la Arquidiócesis de San Sebastián de Río de Janeiro.
Casa del Santo Cura de Ars |
«Abrazo con felicidad a todos los padres de nuestra arquidiócesis por el día de hoy. ¡Es una gran alegría celebrar el Día del Padre! Agradezco a Dios por el sí dado por cada uno de ustedes y por la misión que desempeñan en nuestra arquidiócesis y en la Iglesia. Hoy, rezamos por los padres y las vocaciones sacerdotales para que tengamos siempre santos sacerdotes, aquellos que sirven a Dios y a los hermanos», afirmó Mons. Orani al inicio de la celebración eucarística.
El purpurado recordó el desafío que los sacerdotes tienen en los días actuales de ser presencia divina en el mundo secularizado, estando siempre abiertos y disponibles al diálogo con la sociedad para anunciar a Jesucristo y la esperanza que viene de Dios.
La presencia de la imagen peregrina de Nuestra Señora Aparecida en la misa fue destacada por el Cardenal Tempesta, resaltando que María fue la primera misionera y por ese motivo va al frente de todo el trabajo misionero que la Arquidiócesis de Río está desarrollando.
Al término de su homilía, el Cardenal agradeció a Dios por la diversidad de dones que el propio Padre dio al clero arquidiocesano y resaltó que todos deben abrirse a la acción del Espíritu Santo.
«El padre es el primer catequista, el evangelizador de su parroquia y en ese sentido tenemos como ejemplo a San Juan María Vianney. Por mayor que sea nuestro trabajo si nos abrimos a la acción del Espíritu Santo él consigue el éxito. Las necesidades son enormes, entretanto, llevamos la buena noticia, la buena nueva, sabiendo convivir y orientando a la sociedad sin condenar, llevando a las personas a vivir plenamente en Dios, por eso, nuestra acción de gracias y oraciones por aquellos que viven el sacerdocio y junto a sus comunidades llevan al frente esa importante misión de anunciar a Nuestro Señor Jesucristo», concluyó. (EPC)
Con informaciones de la Arquidiócesis de Río de Janeiro
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