Erexim (Lunes, 10-08-2015, Gaudium Press) Mons. José Gislon, Obispo de la Diócesis de Erexim, en el Estado de Río Grande del Sur, Brasil, escribió el artículo «El amor y la ternura del padre en la familia». En la reflexión, él afirma que en el segundo domingo del mes de agosto, mes vocacional, se celebra en su nación el Día de los Padres, con el inicio de la semana nacional de la familia.
De acuerdo con el Prelado, incluso delante de los vientos de cambio que soplan en la sociedad, con el objetivo de abolir o minimizar la importancia de la familia, no podemos olvidar que la familia envuelve de modo profundo la realidad personal, social e histórica de todo ser humano.
Familia en el jardín, de Manuel Picolo López Museo Provincial, Pontevedra, España |
Él explica que, en nuestra sociedad, la realidad familiar también pasó y continúa pasando por un proceso de cambios que muchas veces va en la onda del momento, donde puede faltar el amor-donación, que es capaz de hacer renuncias personales por el bien común de la familia constituida. El Obispo cita el Concilio Vaticano II, que dice en uno de sus documentos: «El bienestar de la persona y de la sociedad humana y cristiana está íntimamente ligada a una favorable situación de la comunidad conyugal y familiar».
Además, Mons. Gislon destaca que «en esta nueva realidad social, la autoridad del padre es marcada por el respeto, el diálogo y el amor que valoriza cada persona y refuerza los vínculos del núcleo familiar», completa.
Por último, el Prelado evalúa que de entre todos los cambios que marcaron la figura del padre en la familia, una de las más significativas es la de la actual expresión de amor y ternura en relación a los hijos. Él afirma que ser un padre amoroso no es señal de debilidad o ausencia de autoridad, sino es expresión del amor divino, de aquel amor revelado por Dios Padre a su Hijo Jesús y manifestado en varios pasajes de la Biblia, comenzando por el bautismo «Este es mi hijo muy amado en el cual puse todo mi agrado» (Mt 3,17).
«Cuanto más los padres demuestren amor, ternura y respeto a las personas de la familia que constituyeron, más respetados serán por aquello que son, padres. Que Dios Padre, con amor y ternura, bendiga hoy y siempre a nuestros padres», concluye. (FB)
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