Copiapó (Lunes, 10-08-2015, Gaudium Press) Una Eucaristía de acción de gracias a Dios por el extraordinario rescate de los 33 mineros que quedaron atrapados en un derrumbe en el yacimiento San José en el desierto de Atacama hace cinco años fue celebrada por el Obispo de Copiapó, Mons. Celestino Aós. En la Santa Misa participó un número limitado de invitados cercanos entre los cuales se encontraban los sobrevivientes, sus familias y autoridades civiles.
Mons. Aós saluda a los mineros y sus familiares al término de la Eucaristía. Foto: Iglesia.cl. |
«Hermanos mineros», predicó Mons. Aós en su homilía, «hoy el misterio de ustedes se hace más grande, porque sólo ustedes saben lo que pasaron, lo que vivieron, lo que llevan en su corazón, en sus conciencias y en sus memorias». El drama de los mineros, que hoy tiene incluso su propia película, comenzó el jueves 05 de agosto de 2010, cuando los trabajadores quedaron atrapados a 720 metros de profundidad.
Tras complicadas labores de perforación, el rescate sólo fue posible el día 13 de octubre, marcando uno de los más exitosos y desafiantes rescates de la historia de la minería. Se calcula que más de mil millones de personas siguieron el drama de los mineros a través de los medios de comunicación.
Por su extraordinaria visibilidad, el Obispo motivó a los sobrevivientes a dar testimonio cristiano. «Ustedes son la sal de la tierra, la luz del mundo, porque desde esa salida desde las profundidades de la mina, no pasan desapercibidos; la gente los mira, los interroga», exhortó el prelado. «La presencia y el modo de comportarse de ustedes puede ser sal y luz».
Mons. Aós también hizo un llamado «a todos los que tienen responsabilidades sobre el quehacer y la seguridad de las minas y a todos los hombres y mujeres de Chile y del mundo, a valorar los grandes tesoros que ustedes hallaron allá abajo: el valor de la vida, de la familia, que hay que cuidar y proteger, el valor de la amistad, el compañerismo y la solidaridad; el valor de la fortaleza y la esperanza; el valor de la oración».
El prelado concluyó recordando el sentido de la Eucaristía, «para rezar por cada uno de ustedes descubra su camino como persona y como cristiano». El Obispo oró para «que María Candelaria los siga cubriendo con su manto, san Lorenzo los proteja, y que esta Misa nos ayude a que entre todos construyamos un Chile mejor, donde se respete la vida y se ayude a la familia».
Con información de Iglesia.cl.
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