Ciudad del Cabo – Sudáfrica (Miércoles, 12-08-2015, Gaudium Press) El próximo día 13 de septiembre, en Tshitanini, en la Diócesis de Tzaneen, en Sudáfrica, será beatificado el laico católico Benedict Samuel Tshimangadzo Daswa.
Benedict Daswa será el primer beato sudafricano |
La ceremonia de beatificación del Siervo de Dios tendrá como presidente al Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.
Benedict Daswa fue también el primer mártir sudafricano reconocido por la Iglesia. Él fue asesinado el 2 de febrero 1990.
Un hombre de Dios, según Mons. Hugh Slattery, obispo emérito de Tzaneen, que en el año 2000 dio inicio a la causa de beatificación de Daswa.
Mons. Slattery: «Daswa se liberó del poder de la brujería y del mal. Después, él buscó ayudar a otras personas a vivir esta libertad, abriéndose a Cristo y al Evangelio».
Benedict Daswa, padre amoroso de ocho hijos, fue profesor y catequista.
Pasó toda su vida en Mbahe, en la Diócesis de Tzaneen, donde nació el 16 de junio de 1946, en una familia no cristiana.
Durante la adolescencia, se unió a un grupo de catecúmenos y a los 16 años pidió para ser bautizado, escogiendo el nombre Benedict. Formó una familia numerosa, trabajó también en el campo.
En su huerta, los pobres compraban sin tener dinero y los jóvenes trabajaban para ganar lo que precisaban para pagar sus estudios.
Benedict se comprometió mucho en el campo educativo: fue profesor de enseñanza fundamental y después director de la escuela primaria local, catequista y animador de la comunidad, guía y animador de los jóvenes durante los fines de semana y las vacaciones.
Combate a la brujería
En enero de 1990, comenzaron los problemas que luego se agravaron. Una tempestad de rayos se abatió sobre la región en que vivía y muchas cabañas fueron incendiadas.
Los jefes del pueblo, ligados a hechiceros, interpretaron el hecho como una maldición, fruto de brujería.
Y ellos decidieron, entonces, consultar un chamán para que, con sus artes mágicas, encontrase al responsable por la maldición y lo expulsase del pueblo.
La única persona a oponerse a eso fue el Beato Benedict Daswa, que se esforzaba para explicar a los habitantes del pueblo el origen natural de aquellos rayos que destruyeron tantas cabañas.
Muerte cruel
Entonces, él pasó a ser visto como sospecho. Fue víctima de una emboscada hecha por un grupo de agricultores hechiceros que lo atacó armados de piedras y palos.
Benedict consiguió huir y refugiarse en su casa, pero poco después salió espontáneamente.
Él fue golpeado sin piedad, escaldado con agua hirviente y apedreado.
Últimas palabras: una oración
Algunos de los que presenciaron el martirio cuentan que vieron que él rezaba en voz alta, antes de expirar.
En este año, el 22 de enero, el Papa Francisco autorizó a la Congregación de las Causas de los Santos a promulgar el decreto reconociendo el martirio. (JSG)
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