Ciudad del Vaticano (Miércoles, 12-08-2015, Gaudium Press) El XXV Congreso Nacional de Diáconos en Italia fue realizado en Campobasso, al sur de Italia, en preparación para el Sínodo ordinario de octubre próximo, dedicado a la familia.
Los diáconos permanentes, forman un cuerpo dedicado dentro de la Iglesia.
Con sus familias, ellos pueden dar un precioso testimonio. Y eso fue lo que resaltó el XXV Congreso de Diáconos, que tuvo como tema «La familia del diácono escuela de humanidad», y que concluyó con una conferencia del Predicador de la Casa Pontificia, el fraile capuchino P. Raniero Cantalamessa.
Hablando a la Radio Vaticana, Fray Cantalamessa destacó algunos puntos por él desarrollados en su conferencia que se tituló: «El diácono servidor de Cristo».
Fray Cantalamessa dijo que delante de sus oyentes diáconos, «insistió en el hecho que el diácono, antes de ser siervo del párroco y de los hombres, es siervo de Jesucristo, y es justamente sirviendo a Cristo que sirve a los hermanos».
Él resaltó que desarrolló «algunos aspectos particulares de los diáconos permanentes, de su papel caritativo, del próximo año de la Misericordia, del papel de ellos como medio de la misericordia, rostro de la misericordia de la Iglesia en medio del pueblo. «
Porque la figura del diácono es muy antigua, pero poco conocida, Fray Cantalamessa buscó situar y aclarar aspectos de esa Institución de la Iglesia: El diaconado permanente «es una institución que durante muchos siglos estuvo ausente en la vida de la Iglesia y que fue reintroducida por el Concilio Vaticano II y, por tanto, es una institución en fase de integración».
«No sorprende el hecho de todavía no haber encontrado la colocación que – por ejemplo – tiene el clero, que tienen los presbíteros.
Se trata, sin embargo, de una fuerza dinámica, una novedad benéfica para la Iglesia». (JSG)
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