Redacción (Viernes, 14-08-2015, Gaudium Press) El próximo domingo 16 de agosto la Familia Salesiana conmemorará los 200 años del nacimiento de San Juan Bosco y clausurará el Año del Bicentenario dedicado a su santo patrono y fundador. Con ocasión de la clausura de este tiempo jubilar el Rector Mayor de los Salesianos, Padre Ángel Fernández Artime, ha dirigido una carta a toda su familia espiritual que ha titulado los «Cinco frutos del Bicentenario».
En la misiva, el 10º sucesor de Don Bosco menciona la carta que escribió cuando se inauguraba hace un año las celebraciones por el Bicentenario Salesiano en la que expresó que los 200 años del natalicio de San Juan Bosco tenían un doble rostro: uno exterior, es decir, más público y oficial; y uno interior, más íntimo. Último al que dedica su carta, tal como lo explica: «Yo deseo referirme más bien a ese rostro del Bicentenario, más interior, más íntimo, el que me lleva a pensar, desear y soñar qué huella profunda estará dejando esta vivencia única, realmente histórica, en nuestra vida, en el corazón de cada uno de mis hermanos salesianos, en el mío propio (…) Y eso me lleva a soñar. Sueño con algunos frutos de la celebración del Bicentenario».
Don Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los Salesianos y 10o sucesor de Don Bosco / Foto: ANS – Andrea Cherchi. |
Dichos «frutos maduros del Bicentenario» son plasmados por el Rector Mayor en cinco sueños: Sueño con una Congregación de salesianos felices; Sueño con una Congregación de hombres de fe, llenos de Dios; Sueño con una Congregación de salesianos apasionados por los jóvenes, los más pobres; Sueño con una Congregación de verdaderos evangelizadores y educadores en la fe; y Sueño con una Congregación salesiana siembre misionera.
Sobre el primer sueño, el de una Congregación de salesianos felices, Don Fernández Artime subraya: «Hermanos queridos, independientemente de nuestro mayor o menor conocimiento de Don Bosco, tenemos la certeza de cuán importante era para Don Bosco la alegría y felicidad de sus salesianos y de sus jóvenes, no exenta de sacrificios y, ciertamente, con ese punto central y esencial que es el vivir en Dios y desde Dios».
Al soñar en una Congregación de hombres de fe, que están llenos de Dios, el sucesor de Don Bosco destaca: «este es mi sueño: el de que sea quien sea el que se encuentre con un religiosos salesiano, o quien entre en relación con una de nuestras comunidades, pueda sentirse tocado por la presencia de hombres de fe, de profunda y probada fe, en su sencillo vivir y hacer, casi sin pretenderlo, dejen traslucir su condición de religiosas, de hombres consagrados por y para Dios, y desde Él consagrados a los jóvenes».
Refiriéndose a tercer sueño, el de una Congregación apasionada por los jóvenes y los más pobres, el Padre Fernández Artime llama para que todos los salesianos, inspirados en el corazón generoso de San Juan Bosco, «demos lo mejor de nosotros en favor de los jóvenes»; todo con creatividad «para que todo lo que hagamos, pensemos y decidamos, de alguna manera les llegue a ellos, a quienes más nos necesitan».
El Rector Mayor con los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano / Foto: ANS. |
Cuando invita para que la congregación sea de verdaderos evangelizadores y educadores en la fe -el cuarto sueño- el Rector Mayor convoca a los salesianos para que animen a cada hermano para que siga dando lo mejor de sí, es decir, «vivir mostrando que somos como educadores y evangelizadores, unos apasionados de los jóvenes en la ‘trama de Dios’, y que junto con nuestros hermanos salesianos, en nuestras comunidades, y con tantos educadores, amigos, laicos comprometidos … se siga haciendo realidad este sueño de Don Bosco, con el mismo entusiasmo con el que él lo conseguía transmitir a sus primeros salesianos y laicos, para merecer el calificativo que nos dedicó Pablo VI, al llamarnos ‘misioneros de los jóvenes'».
Finalmente, al hablar de su quinto sueño, el de una Congregación Salesiana siempre misionera, Don Fernández Artime dice estar convencido «que la dimensión misionera es un rasgo esencial y constitutivo de nuestra identidad como congregación». Sobre lo cual agrega citando la Carta Circular de Don Paolo Albera, segundo sucesor de Don Bosco, a los salesianos: «Cuanto más me he acercado a nuestros propios documentos, más firme es la convicción, y sirva como muestra lo siguiente: el CG19 pedía a l Congregación revivir ‘el ideal de Don Bosco, que quiso que la Obra de las misiones fuese el afán permanente de la Congregación, hasta el punto que formara parte de su naturaleza y finalidad'».
Al concluir la carta, el Rector Mayor de los salesianos pide la mediación y compañía de la Virgen Madre Auxiliadora: «Ella es no sólo la que ha hecho todo con Don Bosco, sino la que nos acompaña como evangelizadores y educadores en la fe de nuestro jóvenes, como Madre de la Iglesia, Auxiliadora del Pueblo de Dios, en este momento histórico que nos toca vivir».
Ingrese aquí para leer completa la Carta del Rector Mayor – «Cinco frutos del Bicentenario».
Con información de salesianos.es.
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