Seúl (Sábado, 15-08-2015, Gaudium Press) La Iglesia en el mundo celebra el día 15 de agosto como la Fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen, y la Iglesia en Corea del Sur une a esta celebración la conmemoración civil de los 70 años de la liberación de Corea del dominio japonés durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo la memoria de esta fecha recuerda un dolor aún presente: la división del país en dos partes, una de las cuales aún bajo un férreo régimen socialista en el cual no existe libertad religiosa y donde la Iglesia no puede ejercer ningún apostolado.
Card. Yeom Soo-jung, Arzobispo de Seúl. Foto: República de Corea. |
«Hoy celebramos la fiesta de la Asunción de María, nuestra Señora y Reina de la Paz», recordó en un mensaje especial con motivo de la conmemoración el Card. Yeom Soo-jung, Arzobispo de Seúl. «La Asunción de María nos da la esperanza de que, como cristianos, se nos da a participar en la resurrección de Cristo. Desde los primeros tiempos de la Iglesia, la Virgen María es vista como ‘Madre de la Iglesia y Madre de nuestra fe’. Somos devotos de la Virgen María y la admiramos porque ha sido bendecida por el Señor por su profunda fe».
El Cardenal destacó el ejemplo de obediencia y escucha de la Santísima Virgen, así como su fortaleza cristiana a través de las dificultades y el dolor, rasgo compartido por la sufriente historia reciente de los coreanos, marcada por la división. «Es una realidad dolorosa que un solo pueblo, hablando el mismo idioma, se divida entre sí por 70 largos años» lamentó el purpurado. «Ha habido muchas complicaciones, pero nunca dejaremos nuestros esfuerzos para la reconciliación y la paz».
El Arzobispo llamó a continuar realizando los esfuerzos necesarios para obtener la eventual integración, «siguiendo el ejemplo de María, creemos en el Señor, que nunca nos deja sin esperanza, aun en la hora más oscura, porque nada es imposible para Dios». La acción de los católicos es sobre todo espiritual. «Como cristianos, la cosa más importante que hacer es orar. En este tiempo de división, debemos orar constantemente por la reconciliación y la paz en la península coreana, por la paz en Asia, y por la paz en el mundo», exhortó el Card. Soo-jung. A través de la oración nuestra nación será capaz de nuevos pasos de paz y reconciliación, dejando atrás la división y el odio».
A las oraciones la Iglesia suma acciones de asistencia a personas en Corea del Norte en la medida en que las autoridades de ese país lo permiten y lidera el llamado a la cooperación y el diálogo entre las naciones. «Pidamos a la Virgen María para la sabiduría capaz de superar nuestros problemas y dificultades, para que sea ‘la introducción de una mejor esperanza, gracias a la cual nos acercamos a Dios'», expresó el Cardenal, citando la Carta a los Hebreos. «Virgen María, Madre de la Paz, ruega por nuestra nación. Ora por una verdadera reconciliación y la paz en la península coreana. Amén».
Con información de AsiaNews.
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