Aguascalientes (Domingo, 16-08-2015, Gaudium Press) La tradicional Romería con la cual los devotos de Aguascalientes, México, celebran a su Patrona, Nuestra Señora de la Asunción, llegó el pasado 15 de agosto a su edición número 60. Miles de personas acompañaron el recorrido de la venerada imagen de la Santísima Virgen, antecedida por las delegaciones parroquiales, de comunidades religiosas, instituciones educativas y culturales y 19 carros alegóricos que comunicaban mensajes relacionados a la misión de la Iglesia y la promoción de la familia.
Imagen de Nuestra Señora de la Asunción de Aguascalientes, que coronó la tradicional Romería. Foto: Miguel Farías / Gaudium Press. |
La Eucaristía central de la Solemnidad fue presidida por el Obispo de Aguascalientes, Mons. José María de la Torre Martín, y la predicación estuvo a cargo de Mons. Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, Arzobispo emérito de Yucatán, quien destacó la importancia de la celebración en honor a la Madre de Dios. «A la Virgen se le venera por respeto a la prominencia de su persona en la historia de la Salvación, como Madre de Dios y como testigo del Espíritu Santo», explicó el prelado.
La Romería fue acompañada por carros alegóricos y delegaciones de devotos, comunidades, parroquias y grupos pastorales. Fotos: Miguel Farías / Gaudium Press. |
Mons. Berlie ahondó en la relación de la Santísima Virgen con la tercera Persona de la Santísima Trinidad, asegurando que quien es auténtico cristiano y devoto de la Virgen tiene en su vida la alegría verdadera y el espíritu de gratitud. Además invitó a los fieles a proclamar frecuentemente el Magníficat, como agradecimiento por las grandes obras de Dios en su pueblo y confianza en su poder. «Hoy tenemos la oportunidad para, junto a María, enfrentar los nuevos dragones que buscan devorar la vida, ser fieles a la palabra y luchar confiados más en la fuerza y poder del Señor que en nuestras propias fuerzas», exhortó, para lo cual recomendó responder a Dios como María: «Somos esclavos, hágase en nosotros conforme a tu palabra».
La tradicional Romería, llevada a cabo en las horas de la noche, partió de la Plaza de las Tres Centurias y llegó al centro de la ciudad aproximadamente a las nueve de la noche, permitiendo su marcha que la llegada de la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, que cerraba la comitiva, llegara a la Plaza Patria alrededor de las once de la noche. La imagen de la Santísima Virgen estaba notablemente iluminada y los carros alegóricos que la antecedieron contaron en su mayoría con escenificaciones simbólicas de la vida sacramental y misionera de la Iglesia, los valores cristianos en la familia y advocaciones marianas. Diversos grupos de matlachines (tradicionales danzantes penitenciales) alternaban los carros alegóricos, así como delegaciones parroquiales, grupos juveniles y de pastoral familiar.
Gaudium Press / Miguel Farías
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