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Redacción (Martes, 18-08-2015, Gaudium Press) Estamos conmemorando la Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
Una verdad de Fe tornada dogma por el Papa Pío XII.
Nuestra Señora subió a los cielos en cuerpo y alma.
Es común haber cierta confusión de conceptos al respecto de la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo y de la Asunción de Nuestra Señora.
El conocido teólogo Fr. Antonio Royo Marín elucida la cuestión en su libro «La Virgen María».
Para el famoso teólogo dominico, no es exacta la distinción que establecen algunos entre la Ascensión del Señor y la Asunción de María, como si la primera se distinguiese de la segunda por el hecho de haber sido hecha por su propia virtud o poder, mientras la Asunción de María necesitaba del concurso o ayuda de los Ángeles.
No es eso.
La diferencia está en que Cristo habría podido ascender al Cielo por su propio poder aún antes de su muerte y gloriosa resurrección, mientras que María no podría hacerlo – salvo un milagro – antes de su propia resurrección.
Sin embargo, una vez realizada esta, la Asunción se verificó utilizando su propia agilidad gloriosa, sin la necesidad del auxilio de los Ángeles y sin milagro alguno.
Cfr.: Fray Antonio Royo Marín, en su libro «La Virgen María». (JSG)
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