Roma (Martes, 18-08-2015, Gaudium Press) Antes de su último viaje a América Latina, el Papa Francisco fue a visitar al Papa Emérito Benedicto XVI, que iniciaría, en seguida, sus vacaciones que pasaría en la conocida residencia de verano de los Papas, en Castel Gandolfo.
El Palacio de Castel Gandolfo está situado en las próximidades de Roma. A pocos minutos en vuelo en helicóptero desde el Vaticano y es usado por los Pontífices cuando en la Ciudad Eterna el calor del verano es muy grande.
Las temperaturas más amenas y las bellas vistas del lago Albano son algunas de las atracciones y ventajas que tornan la región un lugar ideal para descanso.
El Palacio fue construido en la primera mitad del siglo XVII, durante el papado de Urbano VIII, y durante más de 200 años fue usado por casi todos los pontífices.
Esta tradición solo fue interrumpida en 1870 con la disputa entre Italia y el Vaticano por la posesión de los históricos y tradicionales territorios Pontificios de los cuales el Pontífice era el Soberano.
A partir de 1929 la Santa Sede adquirió oficialmente los terrenos del palacio y más algunas propiedades en torno de él.
Desde entonces, Castel Gandolfo se convirtió en la residencia de verano de casi todos los Papas. El Observatorio Astronómico Vaticano está situado en el terreno del Palacio.
Uno de los eventos importantes que el Palacio testimonió fue la firma de la encíclica «Summi Pontificatus», la primera del Papa Pío XII firmada en «Castelgandolfo, «el día 20 de octubre del año 1939, I de Nuestro Pontificado» y que trata del «Oficio del Pontificado».
En la Segunda Guerra Mundial, otro testimonio histórico: el Vaticano usó las dependencias de Castel Gandolfo para dar refugio a judíos perseguidos por los nazifascistas. Durante la Guerra, decenas de niños judíos nacieron en el interior del palacio durante la Guerra.
El Papa Juan Pablo II pasó largas temporadas allí y Benedicto XVI también veranea en Castel Gandolfo. Hubo hasta Papas que fallecieron en el Palacio. El más reciente de ellos fue el Papa Pablo VI, que allí falleció en 1978.
El Papa Francisco ha preferido no seguir esa tradición.
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